Emergentes en un mundo fragmentado, ¿dónde están las oportunidades?

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Foto: Debashis rc biswas (Unsplash)

El cambio en el rumbo de los tipos de interés podría dar un impulso renovado a las bolsas de estos mercados el próximo año. Y es que países como China, Brasil, Colombia o Chile han acordado implementar una política monetaria menos restrictiva. Algo que podría beneficiar a la deuda emergente, que se presenta como uno de los activos de inversión estrella para 2024.

Desde Amundi creen que los mercados emergentes seguirían ampliando este año su prima de crecimiento respecto a los mercados desarrollados, si bien esperan igualmente una desaceleración de su crecimiento al 3,6% de media, desde entorno al 4% este año. "Esto supone que los emergentes podrán ofrecer oportunidades, pero, una vez más, habrá que ser selectivo", asegura Yerlan Syzdykov, director Global de Mercados Emergentes de la gestora.

Así, creen que Asia volverá a registrar la mayor contribución al PIB mundial; a pesar del menor crecimiento esperado en China y gracias a la pujanza de India, que mantendrá un fuerte crecimiento por encima del 6% gracias a su potente demanda interna, al impulso de su ciclo de inversiones y al importante desapalancamiento experimentado por las compañías. También destacan ciertos factores estructurales que apoyan a los mercados emergentes: "La fragmentación global, la re-localización hacia regiones más cercanas o más amigas, la necesidad de limitar los riesgos en las cadenas de suministro y la necesidad de materiales específicos para la transición energética", apunta Syzdykov.

En este contexto consideran que, mientras que los flujos globales de inversión extranjera directa disminuyen, los mercados emergentes siguen atrayendo inversión e incrementan su cuota respecto a los desarrollados. Además, algunos Bancos Centrales de mercados emergentes han iniciado ya sus ciclos de relajación, movimientos que podrán ampliarse en un contexto de crecimiento moderado que limita la presión sobre la inflación.

Prudencia y selectividad

Desde el punto de vista inversor, desde la gestora creen que los mercados de renta variable emergente podrán beneficiarse de la mejora de su prima de crecimiento, el aumento de las exportaciones y unas mejores perspectivas de beneficios. "Sin embargo, persistirán las divergencias entre países; por lo que habrá que poner el foco en la calidad y el crecimiento, sobre todo en EMEA e India. A medida que avancemos en el año, podríamos considerar el estilo value y Latinoamérica", explica el experto.

En renta fija, los bonos en divisas fuertes de los mercados emergentes deberían verse favorecidos. "Esto se debe al tensionamiento en el espacio high yield en un contexto de mejoría del diferencial de crecimiento respecto a los mercados desarrollados y a unas condiciones financieras menos ajustadas. Somos ligeramente positivos sobre los bonos emergentes en divisa local, teniendo en cuenta el escaso margen de revalorización con los tipos de interés de referencia al alza", comenta. En este sentido, favorecen a EMEA y Latinoamérica, ya que esperan que se beneficien de una reducción más rápida de la inflación y de un crecimiento más estable. Con una perspectiva a medio plazo, citan oportunidades vinculadas a la transición energética. "El desarrollo de mercados de capitales sostenibles en los mercados emergentes a través de financiación mixta y las reformas de las instituciones financieras internacionales será crucial de cara al futuro", dice Syzdykov.