Walter Scott se fundó en 1983 para ofrecer gestión global de carteras de renta variable a inversores institucionales de todo el mundo. Desde su creación ha mantenido un compromiso total con la inversión en renta variable mundial. Su principal cometido es identificar las empresas que pueden mantener las tasas más elevadas de generación de riqueza. Para ello, utiliza estudios originales y fundamentales realizados por su equipo sobre un universo de inversión que no está limitado por regiones, sectores de mercado o índices de referencia. Forma parte de las sociedades de inversión de BNY Mellon IM.