Un reciente estudio realizado por Morningstar en Estados Unidos demuestra científicamente que elegir los productos que lo han hecho bien en los últimos tres años y descartar aquellos que lo han hecho mal es una equivocación.
En la industria de fondos de inversión hay una regla tácita que consiste en fijarse en las rentabilidades que ha conseguido el fondo en los últimos tres años para de alguna forma valorar su trayectoria. Si el fondo lo ha hecho bien en ese periodo, entonces el inversor suele considerar que es un buen fondo; si lo ha hecho mal lo tiende a descartar. ¿Por qué tres años? Probablemente porque tres años corresponden a 36 meses y con 36 datos el análisis es ya, como dicen los expertos, “estadísticamente significativo” (se considera que utilizar menos de 30 datos es poco significativo). Pero, ¿es una buena estrategia comprar fondos que lo han hecho bien respecto a sus competidores en los últimos tres años y descartar los que lo han hecho mal?
Un reciente estudio realizado por Morningstar en Estados Unidos bajo el título “The Harm in Selecting Funds That Have Recently Outperformed” llega a la conclusión de que no. El estudio se realizó desde enero del 94 hasta diciembre del 2015 sobre el universo de fondos activos estadunidenses de renta variable americana. Los investigadores construyeron tres carteras. La llamada “estrategia ganadora” compuesta por los fondos (cada uno tiene el mismo peso) que al principio de cada periodo de tres años se han situado en el primer decil en función de la rentabilidad ajustada al riesgo. Al final del periodo de tres años se reconstruye la cartera en base a ese criterio. También se construyó una cartera “estrategia media” compuesta por los fondos situados entre el percentil 45 y el 55 en función de la rentabilidad ajustada al riesgo. Los investigadores también hicieron una “cartera perdedora”, que solo invierte en los peores fondos (último decil) en términos de rentabilidad ajustada al riesgo.
El resultado es el que aparece en la siguiente ilustración. La cartera supuestamente ganadora obtiene una rentabilidad por debajo de la cartera perdedora.
Según explica Fernando Luque, editor en Morningstar, la conclusión a la que podemos llegar es que centrarse exclusivamente en la rentabilidad en un periodo concreto no aporta mucho valor a la hora de seleccionar fondos. “Desde nuestro punto de vista, de hecho, el análisis de la rentabilidad es sólo uno de los aspectos que tenemos en cuenta para atribuir nuestras medallas (Gold, Silver, Bronze) y no es el más importante. Tienen más relevancia aspectos como los costes, el gestor o el proceso de inversión”, afirma el experto.