Españoles con talento: Las claves que han llevado al éxito a Ángel Agudo, gestor del FF America

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Foto cedida

El FF America Fund es el fondo estrella de renta variable estadounidense de Fidelity Worldwide Investment. Se trata de un producto cuatro estrellas Mornignstar que acaba de ser premiado por la firma de análisis como mejor fondo de renta variable norteamericana de 2014. Desde junio, este fondo está gestionado por Ángel Agudo, quien ha imprimido un estilo de gestión marcadamente value a la cartera. Desde que este gestor español se hiciese cargo de la cartera, el fondo ha generado una rentabilidad del 12,5%, frente al 10,6% de su índice, superando a más del 90% de los fondos de su categoría y situándose dentro del selecto grupo de fondos de bolsa americana que han conseguido batir al S&P 500 en 2014. Pero... ¿quién es este gestor español que ha logrado despuntar como gestor de renta variable americana?

Desde 2005, el nombre de Ángel Agudo ha estado vinculado al de Fidelity. Hace diez años se incorporó a Fidelity como analista dentro del equipo de renta variable europea. Antes había trabajado en el área de informática y operaciones de LVMH y en el área de ventas y diseño de equipos médicos de Orla. Agudo es gestor de carteras de renta variable estadounidense desde 2011. Anteriormente, gestionó el Fidelity Funds Global Industrial Fund. Asumió la gestión del FF America Fund a comienzos de junio de 2014, fondo que ya cuenta con un patrimonio que alcanza los 8.500 millones de euros. No obstante, el gestor también sigue al frente del Fidelity American Special Situations, que gestiona desde diciembre de 2012. Agudo tiene un MBA por el IMD de Lausana y es licenciado en Ingeniería Mecánica por ICAI.

Agudo es un firme convencido de los beneficios de aplicar un proceso de gestión activa a la hora de aproximarse a la bolsa de EE.UU. “Creo que discriminar a las empresas partiendo de una evaluación de sus características específicas, es decir, realizando una selección de valores eficaz, es no sólo posible sino también rentable. Muchos inversores consideran que esta metodología de asignación de activos es problemática. Además, señalaría que la tendencia que manifiestan las asignaciones de activos -pasivas y basadas en la capitalización- a ser retrospectivas es especialmente preocupante en estos momentos, en los que los márgenes de explotación de las empresas estadounidenses están cerca de sus máximos históricos. "El mercado americano es más eficiente que algunos otros, pero no lo suficiente como para descartar la posibilidad de descubrir periódicamente empresas que no cotizan al precio adecuado".

En este sentido, Agudo considera que “invertir en un fondo de gestión activa puede merecer la pena si lo haces en una cartera formada por posiciones de alta convicción con un recorrido alcista que se considera considerablemente más alto que su potencial bajista. Este gran peso de las apuestas de alta convicción es la única forma de conseguir alfa y en el fondo esto se traduce en un elevado porcentaje de dinero gestionado activamente que ha estado sistemáticamente por encima del 80%", uno de los porcentajes de dinero gestionados activamente más elevados de su sector. Para el gestor, esto es muy importante. “Los estudios académicos revelan que los gestores que más se desvían de sus índices suelen batir a sus índices de referencia antes y después de comisiones”.

¿Está cara la renta variable americana? ¿Qué sectores ofrecen oportunidades?

Para Ángel Agudo, la bolsa de EE.UU presenta una valoración razonable. “Tiene un PER de 19 veces los beneficios previstos y eso significa que el mercado no está ni barato ni caro desde una perspectiva histórica a largo plazo. A la vista de las valoraciones medias, conviene señalar que la rentabilidad media del mercado estadounidense durante los últimos 100 años ha sido del 6-7%, lo que parece razonable. Pero, más importante aún que esto es que creo firmemente que existen acciones que no cotizan a su precio correcto en el mercado estadounidense. De hecho, incluso desde una perspectiva sectorial se observan algunas discrepancias de valoración importantes”. El gestor echa mano del siguiente gráfico de State Street Global Markets, en el que se muestra sectores que están baratos desde un punto de vista histórico y los cruza con los sectores que están más sobreponderados/infraponderados por los inversores institucionales.

“En este tipo de análisis podemos ver que los sectores de software y energía están baratos desde una perspectiva histórica (es decir, se sitúan en la mitad derecha del gráfico). También son dos sectores que no gozan particularmente del favor del mercado porque los inversores institucionales están en conjunto infraponderados en los dos (es decir, se sitúan en la mitad superior del gráfico). Cuando observo estas condiciones, y siempre que el resto de variables permanezcan iguales, me interesa más buscar oportunidades valor por valor”. Este convencimiento es lo que le lleva a Agudo a sobreponderar software en la cartera a través de varias posiciones en este sector, donde “la rentabilidad por flujo de caja libre, uno de mi  parámetros favoritos, es atractiva y donde las perspectivas de crecimiento también son buenas, pero las cotizaciones son demasiados bajas en mi opinión”.

Posicionamiento y casos concretos de cómo estudia las compañías

En cuanto a la energía, ha infraponderado el sector durante algún tiempo, como han hecho muchos otros inversores, si bien recientemente ha ido reduciendo este posicionamiento “debido a las mayores perspectivas de retorno a la media de los precios del petróleo”, revela. El peso del sector energético en la cartera apenas alcanza en estos momentos el 6%. Las principales apuestas de Agudo son compañías del sector sanitario (27%) y empresas de tecnología (21%), que sumadas absorben prácticamente la mitad de la cartera. Actualmente, las diez primeras posiciones de la cartera ocupan algo menos del 30% del total. El peso de la mayor posición, Eli Lilly, no supera el 4%. Se trata de una de las posiciones en las que tiene mayor convicción.

“La compañía no suscita ningún interés en estos momentos porque se enfrenta a un elevado número de vencimientos de patentes y tiene una cartera de fármacos en desarrollo escasamente diferenciada, en apariencia sin ningún producto realmente especial. Como resultado de ello, las ventas de Eli Lilly están cayendo, desde aproximadamente 23.000 millones de dólares en 2014 hasta probablemente una cifra próxima a los 20.000 millones en 2015. Además, la empresa también está invirtiendo con determinación en I+D. El resultado final de todo ello es que prácticamente todos los indicadores financieros importantes de la empresa, como los márgenes y el BPA, se están deteriorando”. A pesar de todos estos problemas, Eli Lilly sigue siendo su principal posición. ¿Por qué?

“A pesar de todos estos problemas, nuestro análisis sugiere que a los precios actuales la empresa tiene un recorrido al alza considerablemente mayor que a la baja. En concreto, cuando compré la acción en torno a 60 dólares calculé que incluso en el peor escenario posible -por ejemplo, que ninguno de los 15 fármacos en desarrollo llegara hasta la fase de estudio- el recorrido a la baja debería estar en torno al 20%. Por el contrario, con que sólo dos de los 15 fármacos en desarrollo tuvieran éxito, entonces el recorrido al alza podría rondar el 70%. Teniendo en cuenta también la tranquilidad que da un dividendo estable financiado con un balance saneadísimo, en mi opinión la apuesta era bastante atractiva”, explica el gestor.

Otro valor que le gusta y que lleva tiempo siguiendo de cerca es el fabricante de equipos para internet Cisco Systems. “La empresa tiene muchos atractivos, como un balance sólido, un crecimiento superior y unas rentabilidades sobre el capital sistemáticamente muy buenas. Sin embargo, la cotización ha estado presionada por unas perspectivas relativamente malas para el conjunto del sector de los equipos de telecomunicaciones, el aumento de la competencia de fabricantes chinos más baratos y, en mi opinión, una inquietud exagerada en torno a las nuevas tecnologías y sus posibles efectos perturbadores".

Usando la misma metodología de ponderar el peor escenario posible y el recorrido alcista probable, Agudo determinó que Cisco era otra apuesta atractiva. “En concreto, en torno a 24 dólares por acción consideré que el recorrido a la baja era de tan sólo el 15%, por ejemplo en caso de erosión de los márgenes y algún descenso de la demanda de los mercados emergentes. Sin embargo, calculé que el recorrido al alza era del 70%, con un precio objetivo en torno a 38 dólares, basándose en las credenciales de Cisco como líder sectorial consolidado con barreras protectoras muy sólidas”, revela.