¿Estamos ante otro 2008?

Así, Rieder afirma que, aunque la volatilidad actual pueda recordar a lo sucedido en 2008, "los paralelismos no siempre son lo que parecen y, de hecho, el recuerdo de lo vivido entonces está contribuyendo a aumentar el temor actual de los mercados". En su opinión, los mercados tendrán que continuar lidiando con riesgos considerables por algún tiempo, tales como la crisis de deuda europea, los pobres datos económicos en Estados Unidos y la falta de políticas de estímulo alternativas pero está convencido de que una de las primordiales diferencias entre el mercado actual y el mercado de 2008 es que los efectos extraordinarios que estamos sufriendo actualmente no han sido del todo inesperados, como sí ocurrió hace tres años. Rieder subraya que, desde el punto de vista optimista, dos de los cuatro principales temores que han acechado los mercados recientemente han sido ya superados: el temor a que la economía China sufriera un aterrizaje brusco -un problema muy comentado hace unos meses y que no parece que vaya a darse- y los problemas sobre el aumento del techo de deuda americana, que pueden dejarse a un lado, al menos de momento.

Por su parte, el responsable de gestión de Prudencial, John Betteridge también cree que, aunque existen algunas similitudes hay diferencias clave. Por ejemplo, la liquidez, que si en 2008 se reducía al mínimo ahora no es el caso, así como la respuesta de las autoridades, la fortaleza de los mercados de crédito y también de las compañías, según publica Investment Week . “Los bancos centrales y reguladores están mucho mejor preparados y pueden actuar de forma decisiva para aliviar la situación y además los mercados de crédito se han comportado mejor que entonces, en parte gracias a la mejor situación y fortaleza de las compañías”, explica.

 

En común con 2008, cree que ahora también “existen miedos renovados sobre una segunda recesión”, pero cree que hay que poner las cosas en perspectiva, criticando los titulares apocalípticos. “Dañaban el sentimiento hacia el consumo en 2008 y lo amenazan ahora, a menos que los políticos actúen”. Y es que las empresas tienen mucha liquidez actualmente, pero se resisten a invertir debido a la incertidumbre política y económica. “Cuanto más rápido actúen los políticos más fácil será finalizar con el pánico que desatan los medios y evitar la recesión”, asegura, y desligarse así de lo ocurrido hace tres años.

En el caso de las gestoras y de Prudencial en concreto, Betteridge explica que las posiciones son más defensivas que entonces, con menos exposición a renta variable y con apenas deuda subordinada bancaria.

Retos políticos y económicos

“Desafortunadamente, el recorte de rating a EEUU no llegó en un buen momento y las acciones de las agencias tienen efectos severos en el sentimiento”, afirma. Aunque cree que el impacto será limitado pues los precios de los bonos del Tesoro han subido, reflejando “que son el mejor sitio para estar en una crisis”, también considera que la respuesta se debe a las perspectivas de un menor crecimiento en el país y a la crisis de deuda soberana en Europa, debido a la “incapacidad de los políticos para tomar acciones decisivas”. Así, el experto cree que aunque las compras de bonos a España e Italia han ayudado a reducir las primas de riesgo, es algo que debe mantenerse.

Otro foco de preocupación es la actuación de los políticos y el miedo a que tomen decisiones equivocadas. Así, señala que en Europa sólo actúan cuando las reacciones violentas de los mercados les presionan lo suficiente mientras en EEUU hay una gran desconfianza debido a actuaciones como el “pueril comportamiento” demostrado en el debate sobre el techo de deuda. Unas preocupaciones que han coincido con los débiles datos económicos.

De cara al futuro, Betteridge cree hay que dejar de preocuparse por la inflación y “reconocer que la principal amenaza es la deflación”, los bancos centrales deberían apoyar a los mercados y coordinar una expansión monetaria en los principales centros económicos y habría que plantear que la emisión de bonos de la eurozona o al menos expandir el EFSF rápidamente.