El crecimiento estructural crea oportunidades de inversión a largo plazo, que la Bolsa no suele reflejar plenamente. Las dinámicas de crecimiento estructural, alimentadas por tres grandes tendencias demográficas —crecimiento de la población, auge del consumidor emergente y repercusiones del envejecimiento—, identifican claramente qué empresas se pueden beneficiar de rentabilidades en efectivo sólidas y crecientes, en periodos que se prestan a la inversión.
Presentación del estudio “Las grandes tendencias de inversión: el impacto de la demografía"

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