Wall Street ha empezado la semana con aparente tranquilidad. Decimos aparente, después de la llamativa corrección vista la semana pasada, cuando el S&P 500 perdió un 1,82% en una sesión, su mayor caída en lo que va de 2017. Se trata, además, de la mayor pérdida en una sola sesión desde el 9 de septiembre de 2016, es decir, en más de ocho meses. En este tiempo, el indicador más bien ha estado cotizando en rangos, en vez de mostrar una tendencia claramente alcista. Muchos inversores han empezado a preguntarse por los motivos de esas ventas. La respuesta podría estar, una vez más, en el riesgo político.
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