Fondos Mutuos en Perú: listos para el segundo despegue

Todos estos números van de la mano con las buenas cifras macroeconómicas que presenta el país, que, por un lado, reduce los niveles de pobreza año a año y, por otro lado, mejora los ingresos medios de la población, fortaleciendo de manera importante la clase media peruana.

La Ley de la Refrigeradora

Siempre menciono que la oferta de servicios de un país en constante crecimiento se asemeja mucho a sus refrigeradoras, pues cada vez los clientes piden nuevos productos de acuerdo con sus nuevas necesidades, dados sus mejores niveles de ingresos, tal y como se pasa de tener alimentos básicos a más sofisticados y específicos conforme los ingresos de la familia van incrementándose.

Y los servicios financieros -como los fondos mutuos- no son la excepción: en Perú se han lanzado 10 nuevos fondos mutuos los últimos 12 meses, 5 de los cuales han visto la luz este año, llegando así a 68 la oferta total actual hoy en el mercado. Lo importante aquí es que se vienen brindando nuevas opciones de perfiles más flexibles, agresivos, internacionales, regionales, tanto en Equity como en Renta Fija, dadas las nuevas necesidades de los clientes.

Ahora bien, un tema a seguir trabajando es continuar brindando una mayor oferta de productos (entre los que destaquen aquellos que puedan invertir en el extranjero), con la ayuda del nuevo marco regulatorio. Esto, claro está, en un entorno donde la creciente clase media peruana, busca nuevas opciones para orientar su ahorro, dadas las pocas que le brinda el mercado de capitales doméstico, lo cual podría ser tema de otro artículo.

Democratización: tarea pendiente

Sin embargo, una de las tareas pendientes de la industria, sigue siendo la democratización de los fondos mutuos. Hoy el cliente promedio en Perú es de S/. 56.500 (unos 21.300 dólares aproximadamente), superior al nivel de hace 12 meses (S/. 52.400); esto quiere decir, que, si bien, el número de partícipes se ha incrementado, la dispersión no, y esto debido a que los nuevos participantes han seguido viniendo de segmentos affluent de ingresos altos, y no de segmentos de clase media o media alta, para los cuales este producto está ideado, pues brinda una diversificación adecuada para montos pequeños, a los que les es imposible acceder directamente a este tipo de personas.

Más aún, cuando, de los 4,8 millones de la población económicamente activa del país, casi el 25% está por debajo de 26 años. Esto hace muy probable -de continuar el crecimiento económico en el país- que dicha población activa pueda generar una mayor capacidad de ingreso y por tanto de ahorro- los próximos 15 años y buscará, por tanto, opciones cada vez menos tradicionales y que se adecuen mejor a sus más diversos perfiles de inversión.

Es momento entonces de empezar a pensar en la segunda etapa de esta industria, con nuevos jugadores -una nueva gestora independiente ingresó el año pasado- una nueva regulación más flexible ya existente, un nuevo marco tributario más sencillo y uniforme (también ya existente desde inicios de año), que brinde más productos para los clientes y, a un mayor número de participantes. Todo ello permitirá una mayor dispersión, sobre todo en segmentos emergentes de la población, y así poder así pensar en 1 millón de clientes (lejos aún de los 1.7 millones de Chile) y, ¿por qué no?, 10 mil millones de dólares, de patrimonio administrado en los próximos años.