Gestión tranquila

Mantiene una asignación de activos de un 30% en Estados Unidos, 30% en zona euro y 30% en resto del mundo. Sus posiciones, unas 80, se dividen entre las que tienen alta exposición (con un 2% de peso cada una en el fondo) y las que tienen poca exposición (con un 1%). Y también gestiona el día a día de manera tranquila. Mantiene una rotación de cartera inferior al 30%. Estas cifras, más o menos, se pueden trasladar a sus estrategias de valor, en las que tiene carteras un poco más concentradas, con entre 30 y 40 posiciones, con un peso del 3% de cada compañía y en las que, reconoce, pasa meses sin hacer ningún movimiento en la cartera.

Para entrar y salir de los valores también aplica la máxima de la tranquilidad. “No tenemos prisa, construimos nuestra posición en una empresa poco a poco. Tampoco son compañías que vayan a dispararse de precio de un día a otro”, explica. Para salir de una empresa lo hace bien porque la rentabilidad por dividendo haya bajado y existan otras mejores oportunidades en el mercado o bien porque no hayan acertado con sus previsiones o, en el caso de las estrategias de valor, porque la empresa alcance su precio estimado. “En un mundo ideal, yo podría comprar una empresa y tenerla para siempre”. No juega estrategias tácticas en el fondo ya que no cree que aporte valor a la cartera, que mantiene invertida prácticamente al completo, con una liquidez ente el 5% - 10%. No usa derivados y tampoco cubre el riesgo divisa (algo que podría hacer según recoge el folleto del fondo).

Shüssler gestiona el mayor fondo de dividendos de Europa, el DWS Top Dividende, que cuenta con 6.200 millones de euros en activos bajo gestión que siguen una estrategia global de alto dividendo. Este producto se lanzó en 2003, pero ya desde 2001 Schüssler era el responsable de los fondos de valor de la entidad. “Uno es como llevar un deportivo y con el otro vas conduciendo un camión. Depende del momento, prefieres uno u otro”. “Al final, no es tan distinto. Las compañías de dividendo son empresas en las que buscas un valor que se paga a través de dividendo. Invertir en compañías que reparten dividendo es más estable, el universo es cerrado, mientras que en las inversiones en valor hay más posibilidad donde elegir y, por tanto, mayores riesgos que asumir”. En definitiva, un deportivo o un camión.

En el DWS Top Dividende, Schüssler tiene como objetivo incorporar compañías que pagan un dividendo en torno al 4% y el fondo retribuye una vez al año al cliente, en noviembre. “Si puedo pagar un 4 o 4,5% de dividendo y conseguir revalorizar la cartera al año otro 4%, al final, no está mal, un 8% anual, que tal como están las cosas, ya es más que la deuda y mejor que mucha de la renta variable”, reflexiona. En todo caso, tiene claro que este no es un fondo para jugar tácticamente. El cliente que entre en él debería darse cinco años de margen y él lo ve como una parte central de cualquier cartera. El fondo de dividendo registra desde su lanzamiento una rentabilidad del 110,22% frente al 60,10% de su índice de referencia.

Al analizar las empresas, busca que tengan un equipo de gestión de calidad, con un potente modelo de negocio y con un claro compromiso hacia sus accionistas mediante el pago de dividendo. No le gustan las que se embarcan en procesos de compras y adquisiciones, “no buscamos empresas que quieran convertirse en imperios; me gustan las compañías que mantienen los pies en la tierra”. Se reúne con los responsables de las empresas al menos una vez al año y actualmente sus posiciones se centran en el sector consumo, energía, servicios públicos y telecomunicaciones.

Shüssler celebra este año su décimo aniversario como gestor y, en este tiempo, recuerda como su mejor movimiento las altas posiciones que mantuvo en el sector energético cuando tomó las riendas de las estrategias valor de DWS Investments, a comienzos de la década pasada, en una posición contraria al consenso de mercado. Por el contrario, en estos años su mayor lamento, como el de muchos otros gestores, es no haber anticipado la profundidad de la crisis, con lo que entró en el último trimestre de 2008 muy invertido en el mercado en su estrategia valor y, reconoce, fue un año muy difícil. "La principal lección es que la volatilidad tiende a ser más alta que lo que la gente espera".

Shüssler considera que es un momento ideal para las inversiones en dividendos, ya que no cree que las empresas vayan a recortar la retribución a sus accionistas y es un fondo que protege especialmente en las caídas de mercado. "De media, en la subidas subes como el mercado, pero en las caídas sólo sufres un 70% por lo que, a largo plazo, obtienes mejores resultados". En los próximos años, cree que la renta variable ofrecerá retornos de un sólo dígito, lo que beneficiará a las estrategias de dividendo ya que "cuando todo sube un 50% nadie presta atención a los dividendos, pero cuando el mercado es lateral es cuando ofrecemos buenos resultados, con una cartera con bajo riesgo".

Considera, además, que los recortes en los pagos de dividendos ya han quedado atrás. "Los dividendos que quedan ya son seguros, las compañías ya han recortado donde necesitaban y no es necesario tocar los dividendos, así que aumentarán los pagos". Schüssler se mantiene positivo a medio plazo y confía en seguir, por muchos años, al volante tanto de su deportivo como de su camión. 

Mirada de físico

Schüssler llegó a la gestión de activos de manera casual. Tras doctorarse en Física, trabajó varios años en proyectos tecnológicos de Deutsche Bank para pasar posteriormente a estar a las órdenes de uno de los miembros del consejo del banco. Tras unos años, buscó dentro del grupo dónde podría encajar. “Me gustó DWS Investments y la gestión de fondos. Se hacía análisis e investigación, igual que en Física, y es largo plazo. Pensé que estaría bien”. Actualmente, Schüssler es responsable de 10.000 millones de euros, trabaja con un equipo de cinco personas en tres estrategias: global dividend, global value y US value. Cree que ofrece una mirada distinta al tener más formación en ciencias que en banca, está más inclinado a mirar a los números y hechos que a gráficos. Asegura que disfruta pensando y leyendo sobre nuevas ideas de inversión, nuevas investigaciones y mejoras que puede introducir.