Los inversores profesionales siguen aumentando sus niveles de liquidez, y ya encadenan diez meses en territorio de “compra”, según la última encuesta de BofAML.
El pesimismo de los inversores profesionales con el devenir económico sigue creciendo. Más de la mitad de los gestores cree que el crecimiento global se debilitará en los próximos 12 meses, según la última encuesta de BofAML. Un sentimiento que ha ido empeorando a lo largo de 2018 y que se extiende también a las previsiones para los beneficios corporativos. Se trata de la peor perspectiva para la economía y las empresas desde julio de 2008, incluso peor que en los años de la crisis del euro, en 2012.
Ese temor se materializa en el crédito. La preocupación de los gestores por el apalancamiento corporativo sigue extremadamente elevado. El 50% priorizaría mejorar los balances frente a incrementar el capex o retribuir a accionistas. Es un nivel de cautela que no se veía desde septiembre de 2009.
Pero aún con todo, no se están preparando para una debacle inminente. Solo un 14% de los inversores espera una recesión económica global en 2019; más bien, hablan de un estancamiento secular en los próximos 2-3 cuatrimestres.
La guerra comercial sigue siendo el mayor riesgo de cola por octavo mes consecutivo, aunque ha menguado sustancialmente desde el pico en julio de 2018.
Sigue aumentando la liquidez
Una lectura positiva es que la encuesta de enero muestra un final a la rotación de acciones hacia bonos. Dicho lo cual, el dinero sigue cauto: los inversores están largos en cash, REITs y el sector salud y cortos en acciones británicas y europeas y el sector industrial.
Como se aprecia en el gráfico anterior, los niveles de liquidez siguen aumentando, ahora del 4,8% al 4,9%. Con ello, el indicador de sentimiento que sigue la encuesta lleva en territorio de “compra” los últimos diez meses.
Es una tendencia que también se extiende en el universo hedge fund. Su asignación bruta al capital ha caído por debajo de 1 por primera vez desde 2010, lo que implica que están largos de liquidez y que han reducido su apalancamiento.
La encuesta también revela una apuesta por jugar el estancamiento secular a través de mercados emergentes y el sector tecnológico y vendiendo value cíclico a través de los industriales.