Guía para entender correctamente qué es el active share

Libreta
Andisheh A, Unsplash

El active share es una forma de cuantificar qué parte de las posiciones de una cartera de acciones difiere de su índice de referencia. Se calcula simplemente como la suma de las diferencias absolutas entre los pesos de los valores en una cartera determinada y los pesos de los valores en el bechmark, dividiéndolo entre dos.

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O, dicho de otro modo: se podría dividir una cartera de acciones gestionada activamente en dos componentes. Una parte pasiva y, por lo tanto, igual a la del índice de referencia, con un componente activo, que difiere del bechmark, medido en ambos casos por el nivel de active share.

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En términos prácticos, esto significa que una cartera con un active share del 100% no tendría posiciones comunes con el índice de referencia, mientras que una cartera con una participación activa del 0% sería idéntica a la del benchmark. Cuanto más alto sea el dato, más activamente estará siendo gestionado el fondo.

El active share es un dato relativamente nuevo, que está siendo muy tenido en cuenta por parte de unos inversores cada vez más sensibilizados con la importancia del coste en la rentabilidad final del producto y con el hecho de no pagar comisiones de gestión activa por productos que, en realidad, estén pegados al benchmark.

Es por la mayor sensibilidad al coste del producto por lo que la importancia del active share se ha incrementado notablemente y por lo que muchos gestores, en sus reuniones con clientes, sacan a relucir este dato. Lo que el inversor debe tener claro para entender el active share es que la clave está en el 60%. Un active share por debajo de 60% indica una gestión demasiado pegada al índice. Por encima del 60%, muestra una cartera muy diferente a la del benchmark.

El active share pone en evidencia a los closet trackers, fondos que supuestamente aplican una gestión activa y que, en realidad, se limitan a replicar a su índice de referencia, pese a cobrar unas comisiones mucho más elevadas que los productos de gestión pasiva. En Estados Unidos, por ejemplo, aproximadamente el 20% de los activos que gestiona la industria están en closet trackers, según datos de Morningstar.

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En Europa existen grandes diferencias entre países. En algunos el porcentaje de activos en closet trackers es muy superior que en otros. En Italia, por ejemplo, el 66% del patrimonio está en productos con un active share a tres años inferior al 60%. En Irlanda el porcentaje acaricia el 55%. Existen fenómenos curiosos, como el caso de Austria, donde los closet trackers (que únicamente representan al 6% del total del mercado) concentran el 43,6% de los activos. Factores como el tipo de distribución o la estructura del mercado explican esta heterogeneidad.

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