Recompra de acciones: qué es y por qué hay dudas sobre si es una vía de remuneración al accionista

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Foto: Nicholas Cappello, Unsplash.

La recompra de acciones se ha convertido en los últimos años en una de las vías  favoritas de las empresas para remunerar a sus accionistas. Sin embargo, la semana pasada el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, pedía en un encuentro financiero que dejara de considerarse como una remuneración al accionista. ¿Por qué?

En esta entrada del Glosario de FundsPeople vamos a definir que és la recompra de acciones, qué ventajas ofrece para empresas y accionistas y qué letra pequeña lleva el concepto como para que la CNMV considere que no hay que equipararla a los dividendos.

¿Qué es?

La recompra de acciones es un mecanismo que tienen las empresas para poder comprar las propias acciones que ellos han emitido previamente en el mercado y amortizarlas, es decir, eliminarlas del mismo.

En los últimos años es un mecanismo cuyo uso ha crecido exponencialmente. En un informe de la gestora Janus Henderson, se afirma que la recompra de acciones a nivel mundial creció un 22% en 2022, hasta la cifra récord de 1,31 billones de dólares, casi igualando la cantidad repartida a través de dividendos.

Y se espera que este mismo año, 2023, las empresas del S&P500 batan records superando el billón de dólares en un mismo ejercicio por primera vez en su historia. En España en lo que va de ejercicio esta práctica está siendo una de las más recurrentes para el sector financiero. Tanto Santander como CaixaBank, Sabadell  o BBVA han anunciado recompras de acciones (a falta del último trimestre de 2023 suman un importe de casi 4.000 millones de euros) ante el bajo precio que siguen presentando sus títulos en bolsa.

¿Qué ventajas ofrece la recompra de acciones?

Las causas que están detrás de la decisión de una empresa por recomprar sus propias acciones pueden ser varias pero quizá la más común es que optan por hacerlo sus propios títulos cuando estos están infravalorados en mercados.

Entre las ventajas que se le presupone a este tipo de operación está que como con ello se consigue que haya menos títulos de la empresa en circulación, aumenta la participación de los accionistas en la misma.

Además, se considera que implica un aumento de precio de las acciones per se. Al haber menos títulos, el valor de cada título es más alto  y con ello su precio. Y esto repercute  en teoría también positivamente en el beneficio por acción (BPA).

El problema es que estas ventajas que en teoría ofrece la recompra son a futuro, a diferencia de los dividendos que se pagan teniendo en cuenta los beneficios que la compañía ya ha obtenido en el pasado.

¿Qué inconvenientes presenta?

"Mediante estas operaciones, una sociedad cotizada usa la liquidez de la que dispone, en lugar de para repartir dividendos, acumular reservas o invertir en nuevos proyectos, para recomprar capital en el mercado y amortizarlo, reduciendo la cifra de recursos propios", explicaba Buenaventura.

Una de las críticas que más se hace a la recompra de acciones es que cuando esos programas de recompra son continuados traen consigo una reducción de la liquidez y del free float de esas compañías.

Y otra de las grandes críticas es que al destinar esa caja la empresa a la recompra de acciones renuncia a invertirlo en el propio desarrollo de la compañía. Al fin y al cabo, según explicó el presidente de la CNMV en un encuentro financiero organizado por KPMG y Expansión, "nos enfrentamos a una transición digital y ecológica que va a demandar, que está demandando, la financiación con capital propio y ajeno de inversiones muy cuantiosas".

¿Es o no remuneración al accionista?

El término de recompra de acciones viene del inglés buy back.  Es una de las vías que tienen las empresas para usar su caja como también lo es el reparto de dividendos. Se considera que ambas opciones son vías de remuneración al accionista pero a juicio de la CNMV no deberían ser vías equiparables.

"Si beneficia a los accionistas que se quedan y que deciden no vender, se etiqueta como remuneración a todos los accionistas (como si fuese un dividendo). No puede ser (ni a priori ni a posteriori) remuneración para todos, por definición. Si la compañía acierta (y el valor está infravalorado por el mercado), habrán salido perdiendo los accionistas que vendieron y ganando los que no vendieron. Y si es al revés, tendremos la situación contraria", explicaba Buenaventura.

Fiscalmente el trato que se da a ambas operaciones también es diferente. Lo recibido por dividendos, al considerarse un rendimiento del capital mobiliario, tributa en la base imponible del ahorro. En la recompra y amortización de acciones, el accionista no recibe nada, el menos en ese momento, y no tributa.