Guía práctica de transición para inversores en el camino a las cero emisiones

Guía
Foto: Achifaifa, Flickr, Creative Commons

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los inversores hoy es cómo llevar a la práctica sus promesas de cero emisiones. La combinación de la ambición con la inversión es una tarea compleja que requiere los datos y la tecnología adecuados, además de un tiempo y unos recursos considerables. En respuesta a este reto, el equipo de Análisis y Soluciones de Cartera de BlackRock ha diseñado una Guía de Transición. Con ella pretende ofrecer a los inversores unos pasos claros a la hora de pasar de las promesas de cero emisiones a su aplicación.

“Lo que escuchamos a menudo de nuestros clientes es que quieren tener en cuenta la transición climática en sus carteras. Pero les cuesta saber por dónde empezar”, revela Ursula Marchioni. Según la directora de Análisis y Soluciones de Cartera de la firma americana, los clientes tienen el objetivo común de alcanzar el nivel cero emisiones en 2050, pero la forma de llevar a cabo ese camino será diferente en las distintas carteras.

“Hay mucha información sobre la inversión sostenible, y los inversores necesitan centrarse en lo que se ajusta a sus prácticas de construcción de carteras. Tienen que identificar los parámetros, las estrategias y los vehículos de aplicación más relevantes. Todo esto puede resultar abrumador”. A su juicio, esta guía de transición ofrece a los inversores el punto de partida que necesitan. “Les ayuda a despejar el ruido, centrándose en soluciones prácticas para construir sus carteras de manera que naveguen por el camino hacia las cero emisiones”. La guía de transición aborda tres pasos que los inversores pueden dar hoy mismo.

Paso 1: Definir el objetivo y evaluar su cartera con respecto a él

Esto es: elegir el marco, el enfoque y la métrica que los clientes consideren más adecuados para su cartera y sus objetivos y procesos de inversión. “Por ejemplo, utilizando la métrica de alineación de la temperatura de la cartera, los inversores pueden calcular la alineación de la temperatura actual de sus carteras, así como establecer un objetivo de temperatura a largo plazo hacia el que quieren trabajar. Un ejemplo sería el objetivo de 1,5 grados para 2040”, explican.

Paso 2: Diseñar una estrategia de transición

Hay muchas formas en las que un inversor puede trabajar para alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas. Una de ellas es asignar a estrategias sostenibles. “Para este paso, los clientes deben entender qué estrategias sostenibles pueden ayudarles a mejorar su métrica climática deseada y cómo las asignaciones a estos productos pueden afectar a las carteras”, indican.

Otra forma sería crear una nueva asignación estratégica de activos para mejorar la métrica climática pertinente y cumplir cualquier otro objetivo de la cartera, y luego pensar en una estrategia de transición para pasar de la cartera actual a la nueva. “Esto puede lograrse parcialmente aprovechando las hipótesis del mercado de capitales que tienen en cuenta el clima”.

Paso 3: Implementar y supervisar

A continuación, los inversores pueden aplicar los cambios con estrategias de índices sostenibles, de factores o de búsqueda de alfa. “En este sentido, la selección de alfa como vehículo de implementación llevará al cliente a evaluar y supervisar las siguientes facetas: el potencial para reducir las emisiones y generar alfa; la oportunidad de adoptar un enfoque temático, como la sobreponderación de las empresas que contribuyen a la economía circular o a la transición energética a través de las energías renovables (en el caso de las estrategias long only); y, en los mercados privados, la capacidad de acceder a proyectos y tecnologías de nicho”.