Inflación en tiempos de guerra: qué podemos aprender de la historia sobre el comportamiento de los mercados

Firma: Florian Klauer (Unsplash).

Incluso para el inversor más veterano, ya tenga 20 o 30 años de experiencia profesional, gestionar en este mercado es un reto nuevo. No solo estamos viviendo en evento tan histórico como una guerra en suelo europeo sino que ha saltado en un periodo de inflación ya elevado. “La realidad es que muy pocos gestores profesionales en activo han gestionado en un mercado con inflación alta y una política monetaria en una senda de normalización”, recuerda Michael Barakos, gestor de renta variable europea de J.P. Morgan AM.

Así, toca mirar hacia el pasado. ¿Qué nos dice la historia sobre la inflación? Y sobre todo, sobre la inflación en tiempos de guerra. Y lo cierto es que se pueden sacar algunas premisas interesantes a nivel sectorial. Como vemos en el gráfico que comparten desde la gestora, el sector energía es un claro ganador. Su retorno anualizado medio frente al S&P 500 en seis periodos de inflación desde la II Guerra Mundial ha sido de doble dígito. Lo contrario ocurre en sectores defensivos como el inmobiliario o el consumo discrecional.

Pero un punto importante que destaca Barakos es que es clave distinguir si estamos ante un escenario de reflación o de estanflación. Por ejemplo, las telecomunicaciones de media han resistido en momentos de inflación alta pero con crecimiento mientras que han sufrido si no hay mejora de la economía. O por el contrario, miremos el sector salud, que brilla en periodos de estanflación.

En este análisis es importante tener en cuenta el rango de estos movimientos. De nuevo, en el caso del sector energético los tres escenarios son positivos mientras que el inmobiliario sufre en todos. Pero en sectores como la tecnología, los retornos anualizados son más dispersos según el periodo.

El value aún tiene recorrido

Pero claro, determinar si estamos en un contexto de estanflación o de reflación es complejo. En cualquier caso, la conclusión de Barakos es que el entorno es favorable para un estilo más cíclico. “Nos gusta el value en todas sus vertientes. Geográficamente, vemos oportunidad en todas las regiones”, comentaba Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de estrategia de J.P. Morgan Asset Management para España y Portugal, en un reciente artículo.

Por varias razones. Primero, por las condiciones macroeconómicos. Nos movemos ahora en un entorno de estímulos fiscales, lo que beneficia principalmente a sectores cíclicos. Además, la previsión es que la inflación se mantenga en niveles altos, lo que también mantendrá al alza las tires de los bonos. De nuevo, esto es un viento de cola para el estilo value.

Segundo, por razones más técnicas. El posicionamiento en value aún es bajo. Apenas un 5% de los activos a nivel global está en fondos value. Además, los diferenciales entre el growth y el value, a pesar del rebote, sigue siendo amplio. En cuanto a los resultados empresariales, la última temporada de beneficios muestra cómo son los sectores value los que están encabezando la recuperación.