Colm O'Connor, gestor, desgrana el proceso de inversión en el que se basa el KBI Global Sustainable Infrastructure Fund (Grupo Amundi) y ofrece su análisis de las mejores oportunidades de inversión en el sector de las infraestructuras sostenibles.
Es prácticamente un consenso que la sostenibilidad ha llegado para quedarse. A pesar de las limitaciones que aún existen sobre este tema, cada equipo de gestión intenta diferenciarse de los demás a través de su proceso de selección de valores y su forma de gestionar las carteras. Lo mismo ocurre con Colm O'Connor, gestor de carteras de KBI Global Investors. Le entrevistamos para conocer el proceso que utiliza, la lógica que subyace a cada decisión de inversión y qué cabe esperar del sector de las infraestructuras sostenibles. La boutique KBI Global Investors gestiona cinco estrategias de recursos naturales sostenibles. Entre ellas, destaca el KBI Global Sustainable Infrastructure Fund, fondo con Rating FundsPeople 2023, lanzado en alianza con Amundi.
Qué esperar del sector de las infraestructuras sostenibles
2022 se caracterizó por beneficiar a estilos de inversión muy diferentes de los ganadores de 2021. Las empresas de alto crecimiento, en particular las tecnológicas, obtuvieron peores resultados el año pasado. Fue un ejercicio en el que los inversores tuvieron que empezar a preocuparse por el impacto de la inflación en la economía.
Este escenario condujo a un buen comportamiento relativo del sector de infraestructuras. "La gran mayoría de las empresas de nuestra cartera tienen contratos que les permiten repercutir a los clientes los costes adicionales asociados a la inflación. Además, un alto porcentaje de los recursos utilizados por estas empresas son activos reales que ya han sido adquiridos, lo que limita el impacto de la inflación en la cadena de suministro", explica el gestor.
¿En qué geografías ven más oportunidades? La respuesta de O'Connor es incisiva: "No cabe duda de que en los últimos 20 años Europa ha estado a la cabeza de la inversión en políticas de energías renovables". Sin embargo, advierte: "En los últimos 12 meses hemos tenido en Estados Unidos uno de los mayores paquetes legislativos en materia de cambio climático y energías renovables: la Ley de Reducción de la Inflación. Este paquete legislativo presenta enormes oportunidades de inversión, y creemos que cada vez más capital se dirigirá a esta área en EE.UU.". El gestor también señala que desde que se anunció el paquete, ya hemos visto la asignación de más de 60.000 millones de dólares en este ámbito. En resumen, ve oportunidades en las dos principales geografías, aunque, a corto plazo, cree que EE.UU. tomará la delantera.
Filosofía y proceso del KBI Global Sustainable Infrastructure Fund
A grandes rasgos, el proceso de inversión del KBI Global Sustainable Infrastructure Fund es bottom-up, pero vamos a diseccionar cómo se desarrolla.
En un primer paso, es necesario identificar el universo de inversión disponible. El proceso de selección de valores para este universo es propio y tiene dos vertientes. "El proceso se basa en el contacto directo, desde participaciones en OPV hasta eventos corporativos y roadshows. La experiencia del equipo en inversiones sostenibles ha creado relaciones y canales de información que nos permiten seguir la evolución del universo disponible", cuenta el gestor.
Una vez identificada una empresa, tiene que pasar por un filtro que garantice su alineación con el universo. El 50% de la actividad de la empresa analizada debe estar directamente relacionada con un tema sostenible. Sin embargo, también pueden incluir empresas que sean líderes del mercado en temas de sostenibilidad, siempre que tengan al menos un 10% de su negocio asociado al tema. En este caso, exigen que sean el número uno o el número dos en el área de interés, a escala mundial. Además, todos los valores están sujetos al comité de inversión sostenible de la entidad.
Exprimiendo la relación con las empresas
Con el universo definido, el equipo de nueve profesionales especializados en los distintos temas procede al análisis fundamental, donde también se apoyan en su sólida relación con las empresas. "Nuestro equipo visita la empresa en cuestión, hablando con los directivos y los equipos de calidad, entre otros, pero también con proveedores y competidores, con el fin de desarrollar un conocimiento muy profundo de la empresa".
Tras analizar debidamente las empresas, la cartera se construye asignando un mayor peso a las empresas con un mayor potencial alcista y en las que el equipo de gestión tiene más confianza. La construcción de la cartera también incluye cinco requisitos: es necesario garantizar un fuerte componente de empresas de calidad, altos niveles de liquidez, baja volatilidad, diversidad de temas de sostenibilidad y una elevada exposición media de la empresa al tema asociado. Con la combinación de estos aspectos, el equipo construye una cartera de unas 50 empresas.
Además, en el KBI Global Sustainable Infrastructure Fund, el gestor de la cartera incorpora dos requisitos adicionales. La cartera debe pagar una rentabilidad por dividendo de al menos el 3,5% y tener una beta frente al índice de referencia de alrededor de 0,80. "Cuando lanzamos la estrategia de infraestructuras en 2017 nos dimos cuenta de que los inversores de este sector buscan rentabilidades constantes, flujos de caja poco afectados por la inflación y protección frente a elevados drawdowns. Estos dos filtros nos ayudan a lograr estos objetivos, minimizar los riesgos y generar rentabilidad para los inversores, incluso en mercados volátiles o sin riesgo", explica.
El seguimiento de las posiciones se hace diariamente y se discute semanalmente, en un ciclo de cinco semanas. Cada semana se debate en el comité un tema que forma parte de las estrategias y se toman decisiones para ajustar la asignación o cambiar las posiciones. De esta forma, el gestor pretende incluir en la gestión de las diferentes estrategias la aportación de todos los especialistas, con el objetivo de maximizar el rendimiento del fondo.