A la hora de seleccionar activos sostenibles se está primando la renta variable. Pero el perfil de riesgo del cliente español tradicional es moderado. Es decir, básicamente de renta fija. ¿Cómo está reaccionando la industria ante esta realidad?
A la hora de seleccionar activos sostenibles se está primando la renta variable. Pero el perfil de riesgo del cliente español tradicional es moderado. Es decir, básicamente de renta fija. ¿Cómo está reaccionando la industria ante esta realidad? Gestores y responsables de ASG de varias gestoras reflexionan sobre ello en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por State Street Global Advisors (SSGA).
El hilo conductor es el análisis realizado por la gestora Índices de bonos corporativos con perfil ASG avanzado: una asignación estratégica, que anticipa el crecimiento de la inversión ASG en el área de renta fija.
La regulación ha puesto el colofón
“Desde sus orígenes la inversión ASG ha estado muy ligada a una inquietud de un tipo de inversor muy concreto, el institucional, y poco a poco esa preocupación ha ido calando en el resto de inversores”, comenta Emilio Barberá, gestor de fondos ASG y responsable de Integración de Riesgos ASG de Bankinter Gestión. Sin olvidar el papel que ha tenido en su desarrollo en los últimos años el apoyo de los reguladores: “Ha sido importantísimo; ha puesto el colofón final para lograr que todo el mundo tenga presente que la sostenibilidad no es una cuestión pasajera, sino algo estructural. Sin duda, vamos a seguir viendo crecer los volúmenes bajo gestión que integran el análisis de riesgos ASG”.
Explica que, en el caso Bankinter Gestión, el volumen de activos que promueven objetivos sostenibles no es aún demasiado elevado, entorno a los 84 millones de euros en fondos de inversión y de pensiones. “Pero la cartera sigue creciendo. Y lo más importante, la integración de estos riesgos ASG ya no se va a hacer a nivel de producto, si no de entidad. Por tanto, el volumen de activos bajo gestión que van a integrar estos riesgos va a crecer de forma significativa con independencia de las iniciativas comerciales que se tomen”.
Un potencial catalizador: MiFID II
Alberto Gómez-Reino, responsable de Inversiones Sostenibles y Clientes Institucionales en BBVA Asset Management, coincide en señalar que existía una demanda latente de determinados clientes, “pero el catalizador ha sido la regulación, que ha hecho que los gestores de activos tengan que informar sobre cómo ven el mundo y si tienen en cuenta factores sostenibles o no”.
Asegura, no obstante, que estamos viendo la punta del iceberg de la parte regulatoria. A su juicio, uno de los potenciales catalizadores a futuro es la modificación de MiFID II: “Cuando se le pregunte a un cliente si quiere tener en cuenta factores sostenibles en la gestión de sus inversiones, creo que en la gran mayoría de los casos la respuesta va a ser sí. Por lo tanto, la discrecionalidad que uno como gestor puede tener para seleccionar un producto artículo 6 o uno artículo 8, automáticamente se va a ver condicionada. Creo que va a haber un flujo muy grande de desarrollo de inversión sostenible”.
El origen de la inversión ASG está en el interés del inversor institucional, y en algo más, en la renta variable. Pero las cosas están empezando a cambiar. “Uno de los factores fundamentales que influyen a la hora de aplicar estrategias sostenibles a las diferentes clases de activos es la disponibilidad de los datos”. Asegura que se ha producido una evolución en la ratio de cobertura de los proveedores de datos en cuanto a compañías. Pero, ¿qué pasa con activos como la deuda de los gobiernos? “Hemos comprobado que suele existir una correlación muy elevada entre el nivel de desarrollo de un país y el rating de sostenibilidad, no hay una gran dispersión”, explica.
Añade que “es muy difícil pensar que se pueden establecer los mismos niveles en términos sostenibles para un país desarrollado que para uno emergente. Por tanto, la clave a la hora de adoptar criterios sostenibles es definir dónde se pone el nivel en función del mercado, y si es absoluto o es relativo. Eso tiene mucho que ver con cómo construyas tus carteras y cómo establezcas tus criterios sostenibles”. Concluye que “el ejercicio de gobiernos, antes o después, va a haber que hacerlo porque va a ser una demanda de nuestros clientes y vamos a tener que tener cubierta también esa parte en la propuesta de valor de nuestras gamas de producto”.
Más producto de renta variable que de renta fija
Ana Rivero, responsable global de Estrategia de Mercado y ASG de Santander Asset Management, cree que a la hora de seleccionar activos sostenibles actualmente se le está dando más importancia a la renta variable. “Tanto en fondos pasivos como activos o en inversión en directo, el grueso de los flujos últimamente han ido a renta variable porque se está lanzando mucho más producto y se le está promocionando más. Tiene más historia detrás, es más interesante de contar y, por supuesto, es más rentable: las comisiones en renta variable son mucho mayores que en renta fija”.
Dicho esto, explica que la gestora decidió relanzar la gama ASG con fondos de asset allocation o multi asset moderados “porque es el perfil de riesgo que tiene el inversor español. Hay que facilitarles para su perfil de riesgo la posibilidad de invertir con criterios sostenibles, y eso siempre va a ser mayoritariamente en el espectro de la renta fija”. Obviamente, según cuenta, el crédito es donde hay más capacidades de inversión y de análisis, “pero en deuda de gobiernos, a medida que estos incrementen los volúmenes de emisiones de bonos sostenibles, sociales o verdes, iremos también aumentando la capacidad de incluir renta fija pública puramente sostenible y no limitarnos solo a hacer el análisis ASG”.
La presión del engagement y el proxy voting
En la misma línea, Enrique Blasco, director de Planes de Empleo y responsable de Inversión ASG de Bankia Fondos, asegura que la gestora, por ese perfil más conservador de los clientes, añadió a su gama sostenible un fondo mixto con ese componente de renta fija. Afirma que se está produciendo un crecimiento importante en este ámbito. “Además, cada vez estamos viendo más emisiones de bonos verdes; ahora prácticamente todos los días alguna compañía anuncia alguna emisión de este tipo, con lo que el abanico para los inversores se amplía”.
También hace hincapié en la evolución que se ha producido en el tipo de cliente que demanda inversión ASG: “Estaba más ligado al cliente institucional y, poco a poco, vemos como el cliente retail se interesa y demanda más este tipo de producto. Pero nos falta todavía mucho por hacer, y en este punto es importante la educación del cliente; hay que explicarle muy bien en qué consiste esta gama de producto, diferenciarlo y enseñarles en qué están invirtiendo”.
También queda mucho por hacer en el ámbito de la información que ofrecen las compañías, que todavía es bastante escasa, “con lo que cuantificar métricas para al final obtener ese rating ASG está siendo más difícil. Pero creo que, poco a poco, la presión del engagement y proxy voting de los inversores está haciendo que las empresas cambien esa mentalidad para cada vez más facilitar y poner en conocimiento de los inversores esa información”. Va en su propio beneficio: “Las compañías que no le den importancia a esto y piensen que es algo pasajero van a salir del radar de los inversores”.
Una herramienta propia, el R-Factor
Ana Concejero, responsable de España de ETF de SSGA, constata que en el ámbito de la sostenibilidad hay muchos productos en equity, pero no tantos en renta fija; y tras detectar esa necesidad es ahí precisamente donde la gestora está actualmente realizando los principales esfuerzos, según indica. Recuerda que State Street cuenta con una herramienta propia de scoring ASG, el R-Factor, a partir de la cual han empezado a crear la gama de productos, entre ellos de renta fija (SPDR Bloomberg SASB Corporate ESG UCTS ETF), comenzando por los vehículos referenciados a los mercados de EE.UU. y la eurozona: “Hemos empezado ya por la parte de crédito investment grade, instrumentos que lanzamos el año pasado y que han obtenido muy buena acogida proporcionando amplio patrimonio para permitir a los gestores comenzar a integrar vehículos ASG”.
Una vez que esos vehículos ya están en el mercado cuenta que trabajan con los gestores y con las áreas de selección de productos para dar a conocer cómo se han construido y las capacidades de inversión de la gestora, que maneja unos 230.000 millones de dólares en inversión ASG: “Los criterios y las capacidades están ahí”. Crítico a la hora de integrar e intercambiar esos productos en la carteras, es el valor añadido que aporta el equipo de Capital Markets, liderado por Marcus Miholich, responsable de SPDR EMEA y APAC Capital Markets Group, el cual asesora a inversores sobre la estrategia de compra o intercambio más eficiente, sobre el análisis de liquidez de los vehículos, de modo que se minimicen los costes y riesgos operativos del gestor: “Estas conversaciones son cada vez más frecuentes y hemos comenzado a apreciar que estas incorporaciones en las carteras se realizan cada vez de manera más ágil”.