Invertir en energía renovable: más allá de la fotovoltaica y la solar

Para Joaquín Ferrer, responsable de Producto en Europa de Mutuactivos, hay varios argumentos que justifican la inversión en renovables. De primeras, los planes de estímulo aprobados para salir de la crisis generada por la pandemia, en la Unión Europea a través de los fondos Next Generation o en EE.UU., a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que contemplan ingentes paquetes de ayudas a la consecución de objetivos de sostenibilidad. Estos objetivos, además, implican la “electrificación” de más sectores de la economía. A todo ello se une que la guerra de Ucrania y otros conflictos geopolíticos actuales han vuelto a poner sobre la mesa la seguridad de suministro y la independencia energética en el marco de la escasez de recursos energéticos propios en la Europa Occidental.

En cuanto a los segmentos con mayor potencial, destaca el de energía fotovoltaica y eólica onshore, tecnologías “competitivas que ya están maduras y contrastadas”. También valora de forma positiva la eólica offshore, pero reconoce que su proceso de maduración es más largo. Otros segmentos no relacionados con la generación, pero sí con la eficiencia energética, son los vinculados a todo lo que tenga que ver con mejorar la calificación energética de los inmuebles.

Respecto al hidrógeno verde, del que tanto se habla como solución para la descarbonización, el experto advierte de que su tecnología aún está por desarrollar, lo que genera ciertas dudas en cuanto a eficiencia.

En relación a la gestión activa o pasiva, considera “complicado un enfoque puramente cuantitativo para aplicar la ASG”. En su opinión, todo lo que tiene que ver con el compromiso y las políticas de implicación “sólo se puede hacer desde un punto de vista de gestión activa, la cual es la única que puede discriminar sectores menos maduros y que todavía necesitan más recorrido”.

A nivel inversor, a la hora de construir carteras hay que hacerlo “de manera estructural y a largo plazo”. Dados los “constantes” cambios regulatorios y la aparición de nuevas temáticas, pensamos que es muy interesante invertir el sector de las renovables apunta Ramón Pardo, responsable de Ventas Institucional de Mapfre AM.

El experto pone el foco en dos áreas. De un lado, las energías más tradicionales, como la eólica y la solar, “que ofrecen visibilidad de retornos estables en situaciones normales de mercado”; de otro, las energías alternativas nuevas. En este sentido, la gestora de la aseguradora pone el foco en el biometano, que cuenta con una legislación favorable y la infraestructura está disponible. “Puede ofrecer rentabilidades altamente atractivas en el en el corto y medio plazo” y en nuestro país “está todo por hacer”, por lo que el recorrido es enorme.

Pero, además, con la vista puesta en el artículo 9, la incorporación en las carteras de fabricantes de biometano supone “cerrar el círculo”, porque “usas el residuo orgánico, lo transformas y lo vendes en gas verde, generando empleo en la España vaciada y rural”.

También descarta el hidrógeno verde. “Seguramente será parte del futuro, pero todavía tiene que madurar mucho en los procesos por el enorme consumo de electricidad que conlleva”.

Asimismo, es partidario de que, en cuestiones renovables, la gestión activa debe ser la dominante y, si es necesario, ir de la mano de socios especializados.

Desde DNB Asset Management, su responsable para Iberia, Mikko Ripatti, recuerda que los últimos dos años han sido muy complicados para el sector, “pero a largo plazo somos bastante positivos pues el consumo de energía va a continuar creciendo”, pese a que la subida de tipos de interés ha afectado al negocio, ya que “es muy diferente cuando descuentas los cash flows futuros al 0% frente al 5%”. No obstante, “en la medida en que la política monetaria se establezca en otro nivel, los inversores van a tener más confianza del futuro”.

En su opinión, los proyectos con “buenos fundamentos van a tener dinero y van a atraer inversiones”, como es el sector de eólica, solar y aislamiento. En este último, el responsable para Iberia de DNB Asset Management aclara que la tecnología ya existe, aunque reconoce que es complicado la renovación de edificios.

En relación a la gestión activa y pasiva, también coincide en la primera dado que es un área en la que hay que ir aprendiendo y distinguiendo entre aquellas tecnologías que pueden tener éxito, lo que es responsabilidad del gestor. “La manera de invertir pasivamente es analizando el pasado, el performance de las empresas y su peso en los índices, pero la gestión activa mira al futuro”. En este punto, para DNB Asset Management el hidrógeno es interesante, pero coincide en que todavía hay dudas sobre cuándo va a ser económicamente viable.

Por su parte, el head of Fund Analysis & Research de Tressis, Jorge González, afirma que este 2024 “probablemente incrementaremos posiciones porque se va a producir un aumento exponencial del consumo de la energía”. Lo justifica citando el incremento de población, que pasará de los 8.000 millones actuales a los 9.700 millones en 2050, según Naciones Unidas, y el mayor uso de tecnologías de la cuarta revolución industrial, como Blockchain e Inteligencia Artificial, muy demandantes de electricidad. “Esa energía tiene que salir de algún lado, puede ser de los combustibles fósiles, pero tampoco tienes tanta capacidad porque no se ha invertido mucho en los últimos años para aumentar la producción, por lo que tendrá que salir de las renovables”, señala.

Además de los ya mencionados programas de estímulo de los gobiernos y también cita como acicates a las propias empresas, que están invirtiendo en conseguir nuevas fuentes de energía y seguridad en los precios para evitar la dependencia a países inestables.

Señala que el mix energético actual de solar y viento supone un 10% de la producción total y que “lo normal es que en la próxima década se eleve hasta cerca del 40%. Nosotros queremos aprovechar esa parte, especialmente en solar, donde la energía es más continua. Hemos visto caídas muy fuertes en empresas fotovoltaicas y vamos a aprovecharlo para invertir más en este segmento”.

Con el impacto de la caída de los tipos de interés, Tressis también va a aprovechar el buen momento de las utilities, que ya han hecho parte de la transición energética y sus costes de financiación se están normalizando.