Invesco ve en las acciones de clase A china una oportunidad a largo plazo

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Joel Filipe (Unsplash)

Estos títulos se negocian fundamentalmente en las bolsas de Shanghai y Shenzhen y cotizan en yuanes. Su negociación se limita a inversores locales chinos. A pesar de se han dado pasos para liberalizar el mercado doméstico al introducir la figura del inversor institucional extranjero cualificado (QFII, en sus siglas en inglés), la participación de los inversores extranjeros en este mercado es residual.

En la actualidad, el mercado de acciones clase A de China cuenta con unas 2.000 compañías y una capitalización de mercado conjunta de USD 3.3 trillion (cerca de los USD 4.0 trillion de Japón y de los USD 3.9 trillion de Reino Unido). Este mercado representa cerca de la mitad de la bolsa china. Por estas cifras, los expertos de Invesco creen que dejar fuera de una cartera global a las acciones A provoca que no se tenga una buena representación del mercado chino.

Otro factor a tener en cuenta es que estos títulos no están presentes en grandes índices, como el MSCI China, el MSCI Asia Pacific o el Global Emerging Market. Lo que provoca que al invertir en acciones A se logra una exposición a sectores que no están presentes en los grandes índices de la región. Mientras el MSCI China sobrepondera valores financieros, de energía y de telecomunicaciones, las acciones clase A reflejan mejor la economía real del país, llegando a sectores como el industrial, materiales y sanidad. Este mercado incluye numerosas compañías de pequeño y mediano tamaño que no están presentes en la bolsa de Hong Kong. Un ejemplo es la industria de defensa, con compañías aeroespaciales y de satélites, sin presencia en los índices offshore.

Además, estos títulos clase A se han convertido en un excelente elemento diversificador, al tener una correlación casi nula con los principales mercados internacionales. Así, usando el índice FTSE China A200, presenta una correlación de 0,082 con el FTSE 100 y del 0,076 con el S&P500. Con una participación inferior al 1% de inversores extranjeros, se ha mantenido al margen del resto del mundo.

A la hora de invertir en estas clases de acciones, hay varios caminos. Uno es la solicitud de una licencia como inversor institucional extranjero cualificado. El proceso de solicitud suele ser lento y costoso.

La segunda vía son los ETF. En este sentido, los expertos de Invesco previenen del aumento del diferencial de precios entre los ETF y la inversión directa. La tercera posibilidad es invertir en fondos de gestores activos chinos, que buscan explotar las diferencias del mercado chino.