El responsable de Inversión Responsable de la gestora gala habla de la evolución y la mejora de los procesos de inversión y de la integración de nuevos temas en la gestión.
Como a tantos responsables de Inversión Responsable, a Jean-Philippe Desmartin de Edmond de Rothschild AM, le gusta hablar de otros temas más allá de la regulación. Tras la intensidad de la oleada legislativa, Desmartin espera que desde septiembre de 2023 hasta 2025 pueda haber un período de cierta estabilidad, en parte gracias a las elecciones europeas. Y es que, además de interpretar y adaptarse a la normativa, el experto subraya que lo más importante del papel de las gestoras en la inversión sostenible es “contribuir a la reducción de riesgos a través del diseño de soluciones de inversión”.
¿Hay fatiga sostenible?
Junto a las turbulencias regulatorias, desde 2022 se percibe un cierto cansancio verde, sobre todo al otro lado del Atlántico. “La situación en EE.UU. es completamente diferente que la de Europa. En Europa ya sabemos que las consideraciones sobre sostenibilidad a la hora de invertir han llegado para quedarse y se proyectan en el futuro. Pero en EE.UU., la inversión sostenible se ha politizado, ahora es parte del enfrentamiento entre demócratas y republicanos. En un estado te pueden recriminar que no tengas en cuenta factores ASG y en otros que los consideres. El ecosistema europeo es completamente diferente, con una visión a largo plazo compartida por los distintos agentes del mercado” considera.
El experto añade que la aproximación a la inversión sostenible en Edmond de Rothschild AM está muy equilibrada entre la A, la S y la G. “Eso es importante porque ha habido una gran concentración en la parte del clima y para nosotros las finanzas sostenibles son algo más complejo, no funciona en silos, hay que gestionarlo en conjunto. Hay temas del clima claramente interrelacionados con cuestiones sociales o de buen gobierno, así como a otras cuestiones medioambientales (biodiversidad, agua...)”.
La evolución del proceso de inversión
Desmartin nos habla de la parte de su trabajo que más le gusta: invertir. El experto lleva muchos años en el campo de la inversión sostenible por lo que resulta pertinente preguntar por la evolución de los procesos de inversión. “Nosotros vamos adaptando y mejorando nuestra metodología cada año. Como inversores, vamos aprendiendo de nuestra propia práctica. Ahora estamos muy centrados en analizar el impacto de los distintos modelos de negocio. Es un factor que cada vez pesa más en nuestro proceso, muy en relación con la doble materialidad” señala. Además, apunta que también han hecho un gran esfuerzo por integrar mejor la problemática del cambio climático (considerando las emisiones de alcance 1, 2, 3, pero también el alcance 4, que serían las emisiones evitadas), la biodiversidad y los ODS.
Biodiversidad y S
Sobre asuntos tan complejos como la biodiversidad, Desmartin apunta que hasta hace unos años no había ni datos ni metodología. “Es verdad que hoy en día tan solo tenemos estimaciones, pero gracias a determinados estudios, hemos aprendido que es un riesgo bastante concentrado en algunas cadenas de suministro, como son las de la alimentación, los sectores textil y químico, y la extracción de recursos naturales. Suponen en conjunto un 90% del impacto en la biodiversidad, del que la industria alimentaria representa un 40%”.
A la hora de considerar el efecto de la cartera la en la biodiversidad, se apoyan en una metodología desarrollada por académicos holandeses, que mide el impacto por cada millón de euros de inversión. “Eso nos ayuda a poder hacer una mejor selección de las compañías en función de este factor. Ya hay indicadores que se asocian automáticamente al problema de la biodiversidad, como las plantaciones de soja o el ganado extensivo en Brasil. Así que empezamos con herramientas básicas, pero ya nos ayudan a plantear ciertos diálogos con las compañías, que van desde crear conciencia sobre el problema, a diseñar unos ciertos indicadores, a pedir determinadas políticas. Es algo modesto de momento, pero hay que empezar a actuar antes de tener los datos”, afirma.
Sobre la S, considera que “históricamente ha sido la hermana pobre, pero la buena noticia es que incluso en asuntos sociales, cada vez tenemos más datos, tanto en Europa como fuera de Europa. Lo que hacemos es prestar atención a determinados clúster de métricas que nos puedan dar una señal positiva o negativa”, detalla.
Regulación
"La legislación ha traído mucho trabajo y a veces un cierto caos, aunque creo que vamos a empezar un tiempo distinto. Hemos pasado por un período duro con una acumulación de distintas regulaciones, Taxonomía, SFDR, Green MiFID etc", afirma. Para el experto, “la regulación es necesaria, pero lo más complicado ha sido la inestabilidad, el cambio de las normas. Por ejemplo, en Taxonomía primero nos dijeron que no podíamos tomar las estimaciones, solo los datos aportados por las compañías, pero a finales de 2022, nos dijeron que podíamos usar algunas estimaciones, pero sólo temporalmente, antes de que llegaran los datos reales”, explica.
"Hasta finales de 2023 veremos potenciales adaptaciones, pero en 2024 hay elecciones europeas, por lo que a partir del verano podríamos a ver un cierto parón”. Por ello, apunta que van a estar a la espera y "puede ser que en algún momento reclasifiquemos cuatro fondos como artículo 9, además de lanzar un artículo 9 de renta fija, en unos días”.