La CNMV repasa sus 25 años de historia y pone el foco en la normativa europea para proteger al inversor

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“Las entidades están comprometidas, por la cuenta que las tiene, a cumplir con la nueva normativa a pesar del esfuerzo que conlleva”, advierte Javier Rodríguez Pellitero, vicesecretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), una de las entidades participantes en el evento conmemorativo del vigésimo quinto aniversario de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Pero no todo es cumplir la normativa -especialmente la europea- por imposición legal, sino que la necesidad de hacerlo también descansa en un componente de responsabilidad social. “Tienen que recuperar la credibilidad”, justifica Rodríguez Pellitero, consciente, aun así, de que los inversores tienen su propia tarea: “estar más informados y mejorar su formación financiera”.

“El legislador está sabiendo adaptarse a las nuevas circunstancias”, felicita Mariano Rabadán, presidente de Inverco. No obstante, “necesitamos estabilidad normativa”, pide Rodríguez Pellitero, más en un momento de ajetreo como el actual, en el que numerosas actualizaciones y aprobaciones de directivas comunitarias se suceden una tras otra. MiFID II, UCITS V, AIFMD o PRIP son sólo algunas de ellas.

Aspectos clave del DFI (KIID)

Como resume Antonio Romero, director adjunto del Área de Servicios Asociativos y Auditoría de la CECA, el Documento de Datos Fundamentales para el Inversor (DFI o KIID, por sus siglas en inglés) debe ser un archivo corto, no tener excesiva jerga financiera, ilustrar los costes totales y detallar cuáles son los riesgos a asumir y qué puede obtener a cambio el inversor, así como cuantificarlos mediante el indicador sintético de riesgo, que dispone de siete niveles. Además, ha de ser entregado en la fase pre-contractual.

Incluso, las gestoras han de poner en el DFI de algunos fondos de inversión señalados por su complejidad la advertencia “Usted está a punto de comprar un producto que no es simple y puede ser difícil de entender”, recalca Romero. “Esto hace ver hasta qué punto la legislación europea está llegando para proteger al inversor”, señala el director adjunto del Área de Servicios Asociativos y Auditoría de la CECA.

Bondades de los fondos de inversión

El presidente de Inverco no deja pasar la oportunidad de enumerar las tres principales bondades que atesoran los fondos de inversión de cara al inversor. “Le protege gracias a su diversificación, le cubre y le garantiza liquidez cuando los mercados están cerrados y, finalmente, le da una mayor rentabilidad por su gestión profesional”, defiende Rabadán.

Los tres retos del capital riesgo

El capital riesgo nacional, que a principios de esta semana matizaba al alza sus cifras de 2013, pone sobre la mesa sus tres grandes retos a abordar en un futuro próximo. El primero de ellos consiste en lograr un mayor nivel de inversión por parte de los inversores institucionales españoles, tal y como sucede en otros países como Estados Unidos, muy implicados con el capital riesgo, ejemplifica Carlos Lavilla, presidente de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri). El segundo busca consolidar la posición de España como una “jurisdicción atractiva” para el domicilio de fondos de capital riesgo extranjeros.

El último, relacionado con la economía real del país, radica en que la tasa de inversión siga creciendo “una vez pasada la crisis”. “Hay demanda de pymes españolas por inversión de capital riesgo y el sector está maduro y preparado para afrontarla”, sentencia Lavilla.