Cuando uno analiza el comportamiento que han tenido los principales índices en el último año se ve la alta importancia que ha tenido para el inversor la selección de un índice o mercado concreto. Por ejemplo, no es lo mismo que alguien hubiera decidido invertir en un producto ligado al índice S&P ASX 200, selectivo que se anota un alza del 7,17% en los últimos 12 meses, a que hubiera decidido comprar un producto ligado a la evolución del japonés Topix, índice que ha retrocedido cerca de un 14%.
Estas diferencias que se ha visto a corto plazo también se repiten a largo plazo y una medida para identificar la relación que tiene un índice con respecto a otro es lo que se denomina correlación, que no es otra cosa que el impacto la correspondencia que hay entre dos índices, implicando el 1 una correlación del cien por cien. Sin bien la globalización de los mercados ha supuesto que la correlación entre los índices haya ido en aumento en los últimos años al calor también de una coordinación en lo que se refiere a las políticas monetarias, aún existen algunas diferencias de comportamientos entre unos y otros y esas divergencias se ven también a corto plazo ya que solo en el último mes de reanudación de guerra comercial el principal índice indio se ha anotado alzas cercanas al 3% frente a casi el 2% que se ha dejado el índice español.
Desde BNY Mellon han canalizado en un único gráfico la correlación que los principales índices han mostrado entre sí en los últimos diez años y el resultado es que Japón es el mercado que ha tenido una correlación más baja con el resto de grandes índices según se aprecia en el gráfico. Al fin y al cabo, en términos económicos también es una regiones que más divergencia ha presentado con respecto a las economías occidentales que, precisamente, en los últimos años no han hecho otra cosa que japonizarse al anclarse en la política de tipos de interés al 0%.
