Según ING IM, los responsables de las políticas en los países emergentes tendrán que lidiar con un clima de inversión deteriorado, una competitividad reducida, mayores desajustes macro y un crecimiento de la vulnerabilidad del sistema bancario.
La decisión de la Reserva Federal de no proseguir con el ‘tapering’ ha aportado más incertidumbre a los mercados de bonos del gobierno, a la vez que ha impulsado a otros activos de ‘crecimiento’ como la renta variable. En ING Investment Management consideran que esto también es positivo para unos mercados emergentes donde "ya podemos ver un aumento de la divergencia. China y economías manufactureras de Asia como Corea del Sur y Taiwán se están recuperando, mientras que otras en las que la demanda doméstica creció en exceso durante los años dorados, continúan en declive”, afirman. Sin embargo, -matizan desde la entidad- el entorno actual es positivo solo a corto plazo.
Los datos de los mercados emergentes han comenzado a mejorar. Desde finales de agosto, esto ha beneficiado a muchas divisas emergentes, ya que el rendimiento de los bonos americanos continuaba aumentando. En ING IM aseguran haber visto importantes salidas de bonos emergentes en moneda local, mientras que los niveles de ‘cash’ en fondos de deuda emergente han aumentado hasta un 9%. “Por lo tanto, a corto plazo, aún podemos esperar algo de potencial alcista por parte de las divisas emergentes, pero seguramente sea por razones tácticas y no estratégicas”.
Y es que, en la entidad afirman que, a largo plazo, las divisas emergentes siguen en peligro debido a la combinación de los débiles fundamentales de los mercados emergentes y la persistente preocupación en torno a la liquidez. “La presión en aquellos países y divisas con un pobre crecimiento, problemas estructurales e importantes necesidades de financiación, parece que resucita”. Para que los mercados emergentes comiencen un crecimiento sostenible, en ING IM necesitan ver una creíble y decisiva iniciativa de reforma en el mundo emergente. “Los responsables de las políticas tendrán que lidiar con un clima de inversión deteriorado, una competitividad reducida, mayores desajustes macro y un crecimiento de la vulnerabilidad del sistema bancario”, explican.
Por otro lado, en la entidad señalan que el mayor rendimiento de los bonos americanos continúa siendo un riesgo para las divisas emergentes. Según explican en la gestora holandesa, las divisas emergentes siguen de cerca las expectativas de la Fed en cuanto a tipos de financiación. “Esperamos que los mercados sigan enfocándose en países con dificultades para financiar el déficit por cuenta corriente”.