La gestión del riesgo ante factores impredecibles

Javier Rodríguez Alarcón (GSAM)
FundsPeople

La gestión del riesgo. En años de buenas rentabilidades desaparece de la lista de preocupaciones del inversor, pero como bien nos lo ha recordado 2022 resulta lo más crucial cuando la incertidumbre despierta.

Para el equipo gestor de la gama CORE de Renta Variable de Goldman Sachs AM, la gestión del riesgo es, y ha sido desde su fundación en 1988 una parte integral del proceso. “Nuestro modelo no solo elabora una previsión de los retornos potenciales de más de 16.000 compañías a nivel mundial. También analiza la volatilidad idiosincrática de todo el universo de inversión, es decir, la previsión de riesgos potenciales”, explica Javier Rodríguez Alarcón, responsable global de Renta Variable Cotizada (que incluye el  equipo de Quantitative Investment Strategies) de Goldman Sachs AM. “Uno de nuestros compromisos con el cliente es tener un tracking error muy bajo, y eso implica tener un fuerte control sobre el riesgo que tenemos en cartera”, añade.

Puede sonar a cliché, pero controlar la exposición de las carteras se ha vuelto más importante que nunca. Especialmente porque en los últimos dos años ha entrado en juego una serie de factores exógenos y difíciles de cuantificar. Hablamos de elementos como el estallido de la pandemia o la vuelta de una inflación de doble dígito, pero también fenómenos como los llamados meme stocks o la entrada de inversores minoristas a la bolsa.

Un ejemplo reciente ha sido el estallido de la guerra en Ucrania. “Muchos inversores no eran conscientes de la exposición al conflicto que tenían en sus carteras”, reconoce Rodríguez Alarcón. El método cuantitativo de la gama CORE les permitió calcular de manera rápida indicadores como, por ejemplo, la fuerza laboral en Ucrania de compañías europeas. Son enhancements que se incorporan de manera progresiva pero de manera veloz a las carteras, según progresa la relevancia del evento, como ya sucedió con la expansión del COVID-19, desde un tema limitado a Asia a una pandemia.

La gestión del riesgo de inflación

El otro gran evento de último año y medio es la inflación. ¿Qué implicaciones tendrá la inflación en la política monetaria? ¿Cuál es el riesgo de que las subidas de tipos rompan algo en la economía? ¿Va a acelerar la inflación o hemos pasado el pico? Si se cumple lo segundo, ¿va a modificar la narrativa de la Reserva Federal?

¿Cuál ha sido la aproximación del equipo de la gama CORE? En esencia, el cálculo de la beta de cada compañía a la inflación. Se toma en cuenta factores como sus punto de breakeven en el IPC y se han servido de inteligencia artificial (por ejemplo, el procesamiento de lenguaje natural) para leer e interpretar las transcripciones de las conferencias de los Consejos de Administración.

La inflación no es un riesgo nuevo en la cartera. Desde 2021 el equipo ha monitorizado de cerca el impacto de las subidas de precio en la renta variable. Desde una perspectiva bottom-up (cómo afecta el IPC a las ventas de una compañía), top-down (qué compañías espera el mercado que se vean afectadas) y con una visión de dentro hacia fuera (cómo valoran las propias empresas que les afecta el IPC).

De esta monitorización temprana detectaron varias premisas importantes. Por ejemplo, a nivel bottom-up, si bien el mercado tenía en cuenta el grado de impacto de la inflación por industria, no había la suficiente distinción entre valores de un mismo sector. A nivel top-down, calcularon la beta a cinco años de las acciones al breakeven forward a cinco años para medir la sensibilidad tanto positiva como adversa por industria. Y por último, su análisis detectó que en 2021 las empresas que con más frecuencia mencionaban la palabra inflación con mayor probabilidad lo hacían peor que la media en este periodo.

Reducir la probabilidad de una sorpresa negativa

Los ejemplos anteriores son solo una muestra del valor que ha aportado el proceso cuantitativo del equipo CORE de Goldman Sachs. “Pero es que al final del día, es lo que tiene que hacer un gestor activo”, sentencia Rodríguez Alarcón. Llevamos unos años en los que la tendencia del mercado ha sido lineal, aupados por el QE, tipos negativos y precios del crudo bajos. Factores que ahora se han revertido.

“Ahora estamos ante un cambio de paradigma significativo”, reconoce el experto. Por situar el contexto con cifras, su equipo ha analizado las correlaciones del mercado remontándose a 1926. Y desde entonces, solo un 4% de las veces ha habido un periodo de 6 meses en el que tanto la renta fija como la renta variable se han movido a la baja de forma conjunta. Rodríguez Alarcón también nota lo inusual de la magnitud de las caídas.

Una parte importante de los movimientos lo está dictando la macroeconomía. El problema es que si las decisiones que se toman no son las correctas puedes estar asumiendo más riesgo de lo que pensabas”, advierte. Por ello, la gama CORE de GSAM opta por construir carteras con muchas pequeñas posiciones, para reducir así la probabilidad de una sorpresa negativa.