Ahora que los emergentes vuelven a ser una opción de compra para los gestores – muchos han vuelto a comprar aprovechando que las valoraciones han recuperado atractivo-, la recomendación es ser más selectivos que nunca. De ahí que el lema elegido por Fidelity Worldwide Investment para su conferencia sobre activos asiáticos haya sido “los cambiantes rostros de Asia”. En un entorno de interconexión entre los mercados, en el que el crecimiento está regresando lentamente al mundo desarrollado, “distinguir a los países ganadores de los perdedores demandará un cuidado análisis fundamental”, señalan desde la gestora.
Por la parte relativa a la renta variable de este continente (los expertos han englobado la región Asia- Pacífico), la directora de inversiones de renta variable asiática de la firma, Catherine Yeung, aportó una visión macro optimista, en la que defendió que las economías asiáticas habían hecho los deberes tras la crisis de 1997: “La historia asiática ha sido apoyada por las políticas gubernamentales, y aunque haya sido cuestionada, creemos que sigue según lo planeado”. Aunque Yeung es consciente de que se ha ralentizado el crecimiento de estos países – los únicos que mejorarán sus marcas son Filipinas, Indonesia y Malasia-, tanto ella como Dale Nicholls, gestor de fondos de la firma, y Curtis Evans, director de inversiones y experto en oportunidades de renta fija asiática, encuentran historias de inversión interesantes dentro del continente.
China es una mención obligada. Ambos expertos se centran en el cambio de modelo económico que está experimentando el país, amparado por el nuevo Gobierno de Xi Jinping y Li Keqiang. “Los inversores necesitan ajustarse a un mundo de crecimiento más lento” explica Yeung, que completa afirmando que los líderes chinos “están centrados en el crecimiento de la calidad sobre el crecimiento en cantidad”.
La experta da algunos ejemplos de la eficiencia económica que quiere alcanzar el nuevo Ejecutivo: endurecimiento de la política monetaria; regulación de ciertas industrias, especialmente las de servicios; reforma financiera, en la que será clave la internacionalización del renminbi; reforma ambiental (en la que tiene un gran rol el proceso de urbanización controlada) y la reforma social, en la que será clave la mejora de los servicios sanitarios. “China tiene una de las mayores tasas de ahorro del mundo” explica la directora de inversiones. “El Gobierno quiere que la gente consuma, pero no se pagan pensiones y casi no hay servicios sanitarios, hacen falta seguros de salud” añade, aunque asegura que “el Gobierno ha identificado esta necesidad” y se ha puesto manos a la obra, por ejemplo autorizando la construcción de nuevos hospitales.
Para Nicholls, el punto de vista más importante dentro del crecimiento chino es su transición hacia el consumo, para lo que el Gobierno del país quiere incentivar las compañías privadas – “que tienen mejor crecimiento y con más beneficios”- sobre el sector público. Para ello, cuenta según el experto con el 12º Plan Quinquenal, que está “centrado en el desarrollo de la China interior”. No obstante, el experto cree que, pese al objetivo oficial de que el PIB chino crezca a un ritmo del 7,5%, no le extrañaría que cayera por debajo del 7%.
En este contexto, Nicholls advierte de tres riesgos que puede afrontar el país: el político – “en China los políticos están en todas partes”, ironiza- ; el de falta de liquidez, pues aún hay trabas en la concesión de crédito y, especialmente, que se puedan producir sorpresas negativas en dicha transición hacia el consumo. En este punto, Nicholls muestra su preocupación por el hecho de que los proyectos – especialmente los de infraestructuras- planeados y/o ejecutados no coincidan con la realidad o no cumplan con las expectativas.
Dentro de la tendencia de consumo, tanto Catherine Yeung como Dale Nicholls coinciden en señalar el comercio online como el nicho con mayor potencial de crecimiento, dada la escasa penetración de Internet entre la población china. La directora de inversiones de la firma aporta varios datos: en China hay un 1,1 billones de suscripciones vía Smartphone, y se espera que las compras online – situadas el año pasado en el 6% de la población- alcancen el 30% en 2025.
La renta fija china también atrae la atención
Curtis Evans dedicó su intervención a analizar las oportunidades vía renta fija que se pueden detectar en Asia Pacífico. Evans hace distinciones entre la renta fija denominada en dólares y la denominada en divisa local: el volumen de activos de la primera alcanza los 300.000 millones de dólares y el 70% son emisiones corporativas; en cambio, el mercado en divisas locales se aproxima al billón y medio de dólares en activos, aunque matiza que es “de difícil acceso”, pues la liquidez sigue escaseando.
De la renta fija denominada en divisa local el director de inversiones, con base en Londres, estima que “las economías de Asia pueden aguantar shocks mejor que en 1997”, gracias a que los regímenes políticos se han ido haciendo más flexibles y a que se han reducido los préstamos denominados en dólares.
Aquí vuelve a hacer acto de presencia China, a través del mercado de bonos dim sum o bonos denominados en renminbi, que desde su estreno en 2010 ha crecido meteóricamente gracias a la demanda creciente de los inversores. El experto destaca “la naturaleza defensiva del renminbi offshore, que está más diversificado, por lo que “su atractivo ha crecido”. Paralelamente, gracias a los bonos dim sum, Curtis explica que se ha incrementado la proporción de exportaciones chinas denominadas en deuda local, lo que ha permitido que el mercado gane profundidad. Eso sí, el experto puntualiza que el 30% de las emisiones son high yield.
Estas emisiones no son exclusivas de las compañías con pasaporte chino, puesto que cada vez más empresas extranjeras se animan a utilizar este mercado. El responsable de Fidelity da tres razones para entender por qué compañías internacionales quieren financiarse en renminbi: diversificación, más facilidad de acceso a la financiación y para poder invertir en China.