Mil millones de personas siguen sin tener acceso a la electricidad en el mundo en desarrollo. Los mercados emergentes sufren ocho veces más los efectos del cambio climático que los mercados desarrollados. Debido a su ubicación geográfica, al predominio del sector agrícola en muchos de estos países y a la falta de acceso a ahorros, seguros y otros productos financieros, los países en desarrollo son menos resilientes y están más expuestos a fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático. Por lo que tienen una amplia y marcada necesidad de inversiones de impacto.
Existe una creencia común según la cual las inversiones en los países en desarrollo fracasan a la hora de lograr sus objetivos con mayor frecuencia que sus homólogas en los mercados desarrollados. Esta creencia es errónea. Si bien es cierto que los países en desarrollo presentan barreras de entrada y factores de riesgo únicos y considerables, las rentabilidades y el alcance social de las inversiones en el mundo en vías de desarrollo se consideran más atractivos.
Solo hace falta mirar las cifras
Pese a estos retos, los mercados emergentes siguen mostrando sólidas perspectivas de crecimiento tanto demográfico como económico. Más de 5.000 millones de personas viven en países en desarrollo, y el crecimiento de su población prosigue a un ritmo acelerado. Lo que crea una demanda considerable y, sobre todo, oportunidades en el plano de las inversiones de impacto.
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