La deuda bruta respecto al PIB, que en los gobiernos de las 21 economías más avanzadas llega al 100%, se encuentra por debajo del 34% por ciento entre 25 economías emergentes. De hecho las condiciones monetarias laxas en economías desarrolladas han de
Reflejando estas diferencias, las reacciones de los bancos centrales difieren significativamente, aunque la mayor parte del endurecimiento de política monetaria ya se ha descontado.
En Asia se ha estado normalizando la política monetaria desde mediados de 2010, seguido de Latinoamérica. Brasil está próximo a la pausa de mitad de ciclo, pues las presiones están disminuyendo –los tipos de interés han subido ya un 3,25% desde mínimos y en Chile y Perú 4% y 2,75%-. Mientras México tiene todavía algo de tiempo antes de iniciar su ciclo de endurecimiento de política monetaria.
Además hay que tener en cuenta que la evolución de la inflación a largo plazo en Latinoamérica muestra tendencia a la baja. La tasa media anual ponderada por países es del 6%. En Brasil algo mayor, 6,1%, pero en Perú, Chile, Colombia y Méjico por debajo de 3,5% (sin contar países como Venezuela y Argentina donde está al 28% y al 10,1%).
Por otra parte la tasa de inflación de alimentos es cercana 10% y pesa casi la mitad de la inflación en Perú y más de un tercio en Colombia, Chile y Brasil, aunque solo un 14,8% en México. Además por cada uno por ciento que aumentan los precios de las materias primas agrícolas la inflación a largo plazo aumenta un 0,53% en México y un 0,51% en Colombia, aunque solo un 0,15% y 0,12% en Brasil y Chile. La sensibilidad es mucho menor sin embargo respecto a precios del petróleo, 0,11% en Chile, Brasil y Perú y entre 0,15% y 0,21% en Colombia y México.
Mientras, el cierre de la brecha de capacidad productiva se ha producido en los cinco países principales Brasil, México, Perú, Chile y Colombia y el crecimiento anualizado del crédito supera el 10% en Brasil, Colombia y Perú.
Pero los temores inflacionistas deben reducirse, en particular por el efecto base de precios de los alimentos a partir del próximo julio, aunque con divergencias entre países. En Brasil la inflación ya está cerca de máximos.
El dólar va perdiendo importancia internacional y los beneficiarios son divisas emergentes
Por otra parte se observa una tendencia que comenzó en 2002: el dólar va perdiendo importancia internacional y se devalúa respecto a sus principales socios comerciales –incluso desafiando la paridad teórica de poder de compra, es decir el hecho de que la moneda con mayor inflación debe devaluarse-. Los principales beneficiarios de este movimiento son las divisas emergentes. De hecho el peso de Chile y real de Brasil, ligados a precios de materias primas, y en menor grado México y Colombia, muestran una excesiva desviación respecto al tipo de cambio de equilibrio con el dólar. Su devaluación de entre un 5% y un 10% puede suponer entre un 10% y 20% de aumento de precios de las materias primas para dichos socios, aunque la demanda en China puede hacer de balance. Por el contrario una caída de precios de las materias primas puede afectar muy negativamente a las divisas ligadas a estas, que ya están sobrevaloradas (como el peso chileno).
Pero a largo plazo los fundamentales son favorables para estas divisas, dado el potencial de mejora de la productividad, 2,5% mayor en Latinoamérica entre 2005 y 2010 que en Estados Unidos.