Los factores que favorecen el buen comportamiento del oro siguen en pie y podrían llevar el precio de la onza al entorno de los 2.000 dólares. Así al menos lo cree Imaru Casanova, analista de metales y minería de Van Eck, quien considera que la debilidad del crecimiento económico estadounidense, que ha obligado a la Reserva Federal a poner encima de la mesa un nuevo programa de flexibilización monetaria, unido a la crisis de deuda y déficit de la eurozona, que a su juicio está todavía lejos de resolverse y crea un riesgo financiero global muy elevado, son dos circunstancias que contribuirán a impulsar la cotización del oro dada su condición de activo refugio.
Según explica Casanova, “aunque no se deben descartar posibles correcciones en la cotización de la materia prima, creemos que seguimos en medio de un mercado alcista, por lo que la favorable tendencia mostrada por el oro en lo que va de año no ha llegado a su fin”. Actualmente, el precio de la onza se mueve en torno a los 1.750 dólares. De cumplirse sus estimaciones, que apuntan a una revalorización de esta materia prima a corto plazo, esto significaría que al oro aún le quedaría un potencial alcista del orden del 14%. El riesgo de contracción económica predicho por Casanova a mitad de año se ha producido y esto favorecerá en su opinión a su cotización.
“En términos generales, pienso que los fundamentos que han favorecido al oro siguen en pie y que a largo plazo esto hará que aumenten las inversiones en oro al ser entendido por los inversores como un refugio seguro y una alternativa a las divisas”. Pese a ello, a corto plazo podrían producirse altibajos en su cotización como consecuencia fundamentalmente del cambiante panorama económico derivado de las actuaciones de las distintas autoridades monetarias para mitigar la crisis económica. En este sentido, Casanova reconoce “seguir observando una gran volatilidad en el precio del oro”, lo cuál no significa que a largo plazo sus favorables expectativas varíen.
No es la única firma que tiene una visión muy positiva sobre la industria. “La reciente compra de activos por la Reserva Federal, con el fin de estimular la economía mediante el mantenimiento de unos tipos de interés bajos, podría beneficiar a la trayectoria del oro en el futuro”, afirma Dodd Kittsley, responsable mundial de análisis de ETP de BlackRock. “Históricamente, el factor más determinante de la rentabilidad de las materias primas ha sido el nivel de los tipos de interés reales, siendo el oro el mayor beneficiario de unos tipos reales bajos, ya que reducen el coste de oportunidad de invertir en este metal”, señala.
Por el momento, los hechos parece que les van dando la razón tanto a Casanova como a Kittsley. Sólo en septiembre, los ETP de oro atrajeron 3.800 millones de dólares, que sumados a los volúmenes de agosto resultaron en una cifra récord de 7.400 millones dólares en dos meses, según se desprende del último informe ETP Landscape de BlackRock, datos que reflejan el mayor interés existente en el mercado por el oro.