Mikko Ripatti (DNB AM), Mª Jesús Martínez Pardell (CaixaBank AM), Álvaro de la Rosa (Abante Asesores), Alejandro Allona (Inversis Gestión) y David Sánchez (Santalucía AM) analizan las oportunidades del sector tecnológico en el actual contexto macro.
La tecnología, un activo core en las carteras pese a las caídas
“Los riesgos percibidos por los inversores están empezando a rotar, disminuyendo la tensión generada por la inflación y las posteriores subidas de tipos interés y comenzando a aumentar las dudas en las expectativas de crecimiento y su impacto en los resultados empresariales”. Así lo afirma David Sánchez, responsable de Fondos de Fondos de Santalucía AM, quien opina además que “los incrementos en las tasas han tenido un impacto especialmente negativo en aquellas compañías tecnológicas con unos hipotéticos beneficios que descontar a muy largo plazo, aunque sin discernir en exceso entre compañías de mayor o menor calidad”. Observa cómo el cambio de percepción de riesgos macroeconómicos ha tenido un impacto en el tipo de compañías que buscan ahora los inversores: “Este año se está pivotando hacia compañías tecnológicas de mayor calidad, si se observa que el componente de calidad comienza de nuevo a pesar en la toma de decisiones”.
En un sector tan heterogéneo como el tecnológico, Sánchez identifica dos segmentos con comportamientos previsiblemente muy dispares: SaaS (Software as a Service) y semiconductores. “En caso de darse una ralentización económica, los subsectores tecnológicos que más van a sufrir son los más cíclicos, como los semiconductores, mientras que los más resilientes a una crisis económica son aquellos que pueden tener una fuente de ingresos más estable, como los pagos por servicio”, explica.
1/5En opinión de Mikko Ripatti, responsable para Iberia de DNB Asset Management, “los riesgos del sector de tecnología son parecidos a los de otros sectores”, máxime cuando la tecnología está presente en cualquier área económica, pero considera que el riesgo regulatorio “no puede limitar el crecimiento de tecnología”.
Puntualiza, también, distinguir entre aquellas compañías que son “apuestas de futuro”, en las que “claramente el aumento de las tasas de interés es un riesgo mayor”. Para no errar, la clave está en tener un acercamiento bottom-up, un análisis fundamental de las empresas “para entender la situación en perspectiva”. No obstante, a su juicio el sector "continuará siendo interesante y va a continuar creciendo”.
Si bien, tras la aceleración del crecimiento experimentada con el impacto de la pandemia, el responsable para Iberia de DNB Asset Management matiza que ese avance no será ahora tan contundente. “Esto también indica que es muy importante hacer el análisis empresa por empresa”, poniendo de relieve las bondades que aporta el uso de la tecnología a nivel de innovación y de incremento de la productividad. “Obviamente, las empresas tecnológicas que no consigan innovar tienen el riesgo de quedarse atrás”, por ello “es fundamental entender el modelo de negocio y las ventajas competitivas de los mismos, porque las cosas cambian muy rápidamente”.
En todo caso, lo que está claro para Ripatti es que la evolución tecnológica va a seguir generando interés: “Invertir en tecnología es un pilar fundamental para las empresas que solo puede ir a más”. El representante de DNB AM considera que “hay oportunidades interesantes en muchos lugares, pero para poder detectarlas adecuadamente se necesita experiencia; es un sector que hay que conocer a fondo”, y subraya que la mejor aproximación es “a través de la gestión activa”.
2/5Coincide también en hacer un análisis fundamental para separar el grano de la paja Alejandro Allona, analista sénior de Fondos de Inversis Gestión, recordando, “salvando las distancias”, lo sucedido en la burbuja de las puntocom en 2000, cuando ninguna compañía se salvó del batacazo y sirvió de limpieza en el sector. “Eso es lo que vamos a vivir en los próximos años, el mercado va a separar las “Pets.com” de las “Amazon.com”, asevera. Ante esto, “es importante tener esa sensibilidad, separarte de lo que pueden ser las etiquetas dentro del sector, que es muy heterogéneo”, dice.
Para Allona, la exposición a la tecnología es core en las firmas de inversión, pero es un sector que no es de nicho, sino que engloba toda la economía. “Un fondo tecnológico puede tocar bastantes palos, lo más normal es que no solo incorpores consumo discrecional y servicios de comunicación, sino también empresas que están enmarcadas dentro del financiero”, por ejemplo.
En este punto, destaca la importancia de un gestor con buen stock picking. Y pone como ejemplo las compañías de SaaS, que “van a recortar gastos para mejorar sus márgenes y la duda que queda es a cuántas de ellas les va a afectar mucho el recorte de gastos en el crecimiento”.
3/5En este contexto, la pregunta del millón es si las revalorizaciones de las tech están en máximos o hay que seguir invertidos, plantea María Jesús Martínez Pardell, gestora sénior del equipo Equity Global de CaixaBank AM. “No está nada claro que hayamos terminado el ciclo alcista de subida de tipos de interés, y eso hay que descontarlo en función de cómo vayan los datos” del impacto de la inflación en el consumidor, “y en base a eso, ir metiendo expectativas”.
Considera que hay que extrapolar la decisión cíclica de subida de tipos de interés e ir más a hacer una selección de modelos específicos sostenibles en el medio y largo plazo, “donde veamos que ya haya realmente un recorrido y una capacidad de hacer inversión, de incrementar el capex, porque sea una nueva tendencia que pueda atraer una ventana de oportunidad para adaptarse a las compañías y también a nivel de consumidor”.
Un ejemplo de ello son la inteligencia artificial, la nube y la seguridad. “Esas son tres variables clave de analizar a nivel de modelo específico de compañía, porque cada una puede tener una exposición diferente” y, de nuevo, “hay que hacer una un análisis compañía por compañía”, identificando fortalezas, potencial de crecimiento y riesgos sostenibles a largo plazo.
4/5Álvaro de la Rosa, selector de Fondos de Abante Asesores, recuerda el derating de múltiplos vivido el año pasado en el sector en general y en las compañías con sesgo de crecimiento, “que tenían fundamentales menos asentados”, en particular. Sin embargo, en este inicio de año la rotación está protagonizada por las denominadas FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google), cuyas “valoraciones han vuelto a estar un poco un poco caras en relativo versus el índice mundial”, reconoce.
Por ello, el experto recomienda cautela en estos momentos, sin olvidar, no obstante, que “siendo el sector tecnológico el que más pesa en el índice mundial (22,3% en el MSCI World a cierre de abril), debes tener exposición a la tecnología a largo plazo de manera estructural”.
Respecto al mercado de semiconductores, el selector de fondos de Abante Asesores coincide en su debilidad cíclica y cuantifica las expectativas de caídas de beneficio trimestral en cerca del 40% versus el año pasado en el caso de las compañías que cotizan en el S&P 500, mientras que el software, dice, “parece que va a ser más resiliente y va a ser capaz de seguir creciendo año contra año”.
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