¿Están siempre baratas las acciones de valor?

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Anthony Thomas, Flickr, Creative Commons

Artículo escrito por Gabriele Susinno, especialista de Pictet AM

La inversión de valor – comprar acciones que cotizan con un descuento atractivo respecto al valor intrínseco de la empresa – es una de las estrategias de inversión más antiguas, iniciada en 1930 por el renombrado inversor británico-estadounidense Benjamin Graham, mentor de Warren Buffett.  Sin embargo, a pesar de su pedigrí, su reputación ha sufrido la última década. En ese tiempo las acciones de valor han tenido su peor comportamiento histórico en comparación con las de crecimiento -aquellas cuyas beneficios se espera crezcan rápidamente.

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Sin embargo las acciones de valor han llegado a resurgir con la desaceleración de la economía mundial planteando dudas sobre la capacidad de las empresas de “crecimiento” para una expansión sostenida de los beneficios.  Este patrón está en consonancia con la tendencia histórica –las acciones de “valor” tienden a comportarse mejor en períodos en que la economía experimenta desaceleración del crecimiento económico (Rentabilidad relativa en deciles por precio/valor contable del mercado de valores de EE.UU. en dólares. Datos mensuales de 30.06.1926 a 28.02.2018. Fuente: Biblioteca de datos Kenneth French).

A primera vista, entonces, parece que las condiciones son apropiadas para que las acciones de valor superen a las de crecimiento.  Pero no es tan simple.  Si bien es probable que las acciones de crecimiento sufran a medida que la economía y aumento de los beneficios se ralentizan los próximos años –globalmente se espera que aumenten menos de 5% este año en comparación con 14% en 2018– sus contemporáneas más baratas no son necesariamente los gangas que parecen ser. Los inversores que buscan valor necesitan ser mucho más exigentes.

Evitar la trampa de valor

Hay que tener en cuenta que encontrar una empresa genuinamente barata no es fácil, pues los precios de las acciones pueden desviarse significativamente del valor intrínseco de la empresa, a veces por un período de tiempo muy largo.  Para complicarlo aún más las métricas de valoración más populares como precio-beneficio, precio-valor contable o rentabilidad por dividendo no siempre proporcionan la imagen exacta. Pueden fácilmente distorsionarse por actividades corporativas como fusiones y adquisiciones y recompras de acciones, especialmente hoy en día, cuando los volúmenes de fusiones y adquisiciones han llegado a niveles récord y las recompras de acciones también han llegado a máximos históricos en EEUU.

Peligros de un índice

Ahora bien, utilizando nuestro modelo de cribado cuantitativo propio “4-P” (en inglés “Profitability, Prudence, Protection and Price”) (Fig. 3) encontramos que un número inusualmente alto de acciones que componen el índice de acciones de valor más popular, el MSCI Value Index, pueden ser baratas por buenas razones.  Sin embargo las empresas que se clasifican en el quintil superior en nuestro modelo han superado al índice y al quintil inferior desde 2000 por un margen significativo. Esto apunta a que existe una diferencia material en los fundamentales de las empresas de las acciones con etiqueta valor: una bandera roja que los inversores no deben ignorar.

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El valor como parte de un escudo defensivo

De ahí que nuestro modelo “4-P” sea el fundamento de nuestra estrategia de acciones defensivas globales -está diseñado para identificar las que pueden ofrecer mejor rentabilidad que el mercado mundial a lo largo de un ciclo económico completo y proteger el capital en una recesión-. El valor (precio)” es uno de estos cuatro componentes, para garantizar que no pagamos en exceso.  Además incorpora métricas de valoración populares como precio-valor contable y otros indicadores fundamentales, para una medida completa, utilizando capitalización de mercado, deuda a largo plazo y efectivo en el balance.

Combinamos este componente con otros tres: rentabilidad, prudencia y protección”.  Cada una de estas 4P es parte de un escudo defensivo, que produce una cartera de acciones diseñada para resistir mejor los choques del mercado. Es un modelo dinámico, no estático, a diferencia de muchas estrategias beta inteligentes.  Nuestro punto de partida es un mismo peso de cada componente.  Luego modificamos la asignación por análisis de tendencias económicas y de mercado, momento y valoración de cada P.  Por ejemplo, en Marzo de 2019 sobre ponderábamos precio, lo que significa que muchas empresas en cartera puntuaban alto en cuanto a valoración; estando concentradas en consumo básico, finanzas e industriales.  En otras palabras nuestro modelo, en este momento en que el mercado alcista más largo de la historia muestra signos de maduración, ayuda a evitar tanto acciones de “crecimiento” caras como acciones de valor caras.  Como dijo Buffett: "Es mucho mejor comprar una compañía maravillosa a un precio justo que una compañía justa a un precio maravilloso."

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