Las apuestas de los gestores value para encarar un escenario dominado por tres temas: inflación, energía y Ucrania

Gestores value
Tomás Pintó (Bestinver), Javier Ruíz (Horos AM), Álvaro Guzmán (Azvalor), Iván Martín (Magallanes) y Francisco G. Paramés (Cobas AM). Fuente: Cedida por las entidades

El conflicto bélico ha sido sin duda el evento que ha marcado el primer trimestre del año, con un impacto muy significativo en la práctica totalidad de activos financieros, tanto en bolsa como en renta fija. Los mercados de bonos globales han sufrido su caída más profunda desde 1990. El contrapunto viene del espectacular comportamiento de la mayor parte de materias primas.

Veamos cuáles son los principales temas de interés que centran la atención de las gestoras value en su última carta trimestral. Así como las principales apuestas para encarar el escenario actual.

Aceleración de desequilibrios previos

En opinión de Iván Martín, de Magallanes Value Investors, “la guerra ha dejado al descubierto ciertos desequilibrios que venían fraguándose desde antes de la misma”. En su opinión, “sus consecuencias no implican tanto un cambio brusco y repentino sino más bien una aceleración de algunos de los factores de riesgo que aludíamos en cartas pasadas”. Entre otros factores, el experto cita la inflación, una mala planificación en la estrategia de la transición y seguridad energética y sus efectos en el precio de la energía; la infrainversión sistemática en industrias intensivas en capital de primera necesidad; y, en general, determinadas decisiones políticas que han llevado a ciertas regiones, en especial Europa, a una situación de dependencia energética y fragilidad económica.

Por eso, considera que “el mayor riesgo al que se enfrenta el mundo actualmente es el de bajo crecimiento económico, altos precios, y subidas de tipos de interés, más allá de niveles que la economía se pueda permitir”. En líneas generales, Magallanes ha reducido parcialmente exposición en sectores y compañías cuyo margen de seguridad se ha estrechado fruto del excelente comportamiento bursátil durante el trimestre. En este primer grupo estarían compañías de fertilizantes y petroleras. Por otro lado, han destinado parte de esos fondos a recomprar algunas de las compañías que fueron severamente penalizadas durante lo peor de la crisis. Por ejemplo, financieras e industriales.

Trilema Energético

Por su parte, Francisco García Paramés, presidente de Cobas AM, hace una mención especial a la inflación, que define como “el peligro más dramático para el ahorrador”, porque va minando parte de su dinero mensualmente. Sobre ello reflexionó en su última Conferencia Anual de Inversores y en la carta trimestral. En la que también centra la atención ante los desequilibrios existentes debido a la falta de inversión en el sector de la energía durante los cinco últimos años y el declino natural de los campos petrolíferos, que se han agravado por la invasion de Ucrania y las correspondientes sanciones a Rusia. 

Ante esta situación, desde Cobas AM reflexionan sobre el Trilema Energético: transición energética hacia fuentes más sostenibles, coste energético y seguridad de suministro. En los últimos trimestres han mantenido una exposición importante de la cartera internacional al sector de la energía. Aunque la mayor parte no depende del precio del petróleo, gas o derivados, sino de la imperiosa necesidad de invertir para tener seguridad de suministro futuro.

Rotación de sectores

Después de años sufriendo el varapalo del sector de materias primas, por fin el mercado se ha dado la vuelta y los gestores de Azvalor AM se han visto reflejadas las subidas que tanto pronosticaban en sus carteras. Por primera vez en cuatro años están saliendo de algunas partes de materias primas, como el uranio, el cobre y el sector de fertilizantes, mientras se están reciclando a otras.

Con la vista puesta a futuro en un paradigma distinto al de ahora, con más inflación y, posiblemente, subidas de tipos. Algunas de ellas pertenecen a sectores como comida a domicilio, comercio electrónico, sector financiero, software, servicios de consumo, sector inmobiliario así como biotecnología y farmacia.

Pendiente de la reactivación

La guerra de Ucrania ha retrasado el proceso de normalización post Covid19 que ya se había iniciado hace casi un año. Por eso desde Bestinver creen que la reactivación de este proceso llevará a la actividad económica, a los desajustes entre oferta y demanda y, por tanto, a las tasas de inflación y a las políticas monetarias a niveles más normales que los actuales.

Así, han mantenido sus inversiones en sectores como el cementero, por ejemplo, que creen se beneficiará del ciclo de construcción e infraestructura global. “La plena reapertura post-Covid19 beneficiará a empresas de servicios, como el turismo o la restauración. El crecimiento económico y el buen balance de las familias son positivos para empresas cíclicas de calidad como los productores de automóviles, que tienen la oportunidad de rejuvenecer y hacer más sostenible el parque automovilístico global. La normalización en política monetaria y el fin de los tipos de interés negativos creará un entorno favorable para nuestros bancos y financieras, como Berkshire Hathaway. Además, tenemos compañías tecnológicas extremadamente rentables con una oportunidad de crecimiento secular para las próximas décadas y que cotizan a valoraciones de derribo”, explican.

China y la energía, en el foco

El gigante asiático centra la atención de Javier Ruíz, director de inversiones de Horos AM, durante su última carta trimestral. Por un lado, a raíz de la intervención regulatoria del gobierno chino en sectores tan relevantes como el inmobiliario o el tecnológico (e impactado por las medidas de confinamiento para combatir el coronavirus), “China está viviendo su peor escenario económico desde que inició una huida del modelo comunista hacia el actual capitalismo de estado”, alerta el gestor.

Por otro lado, cree que la invasión de Rusia a Ucrania está contribuyendo a “acrecentar los problemas del frágil sistema energético occidental, muy condicionado por la desordenada y forzada transición energética en la que llevamos sumidos los últimos años”, avisa. Como consecuencia de ello, Ruíz explica que las materias primas (en especial, los combustibles fósiles) están viviendo fuertes cuellos de botella que están desencadenando subidas verticales en sus precios.

También alerta del impacto directo en los mercados de las políticas de los bancos centrales. Un endurecimiento monetario que está “impactando en la evolución de la renta fija (con caídas no registradas en décadas para un primer trimestre) y en aquellas compañías que descontaban en su valoración flujos de efectivo muy alejados del tiempo presente (caso de los negocios que afloraron en la pandemia o muchas de las compañías pertenecientes al sector tecnológico)”, arguye.