Capítulo 4: Gestión del riesgo

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Perfil de riesgo de las carteras

Con la entrada de MiFID II el proceso de gestión del riesgo, su identificación, su propia gestión, su monitorización y revisión se ha convertido en piedra angular de la gestión de carteras. El impacto de la diversificación en la gestión del riesgo es clave para entender cómo dos carteras con rentabilidades iguales pueden tener distintos niveles de volatilidad.

Imagínense dos carteras:

  • cartera A que tiene una rentabilidad esperada del 8% y una volatilidad del 12% y
  • otra cartera B que tiene la misma rentabilidad esperada, pero con una volatilidad del 6%.

Dependiendo del nivel de riesgo que estés dispuesto a aceptar escogerás una u otra porque existe una clara diferencia en cuanto a la variación de la rentabilidad actual que pueda rendir cada cartera dentro de un tiempo determinado. La volatilidad no hace otra cosa que medir cómo la rentabilidad del instrumento financiero se ha desviado de su media histórica. Por ello, una cartera que ofrece una rentabilidad superior tiene mayor riesgo, pero parte del riesgo se puede reducir mediante la diversificación.

En cuanto al riesgo, en este ejemplo: la cartera B es considerada más eficiente porque obtienen la misma rentabilidad que cartera A, pero con menor volatilidad.

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TexasEagle, Flickr, Creative Commons

La ratio Sharpe

Entramos en terreno más técnico a la hora de analizar y valorar una cartera y nos detenemos en la ratio de Sharpe. ¿Qué es?  La ratio de Sharpe o índice de Sharpe se define como la relación existente entre el beneficio adicional de un fondo de inversión, medido como la diferencia entre la rentabilidad del fondo en concreto y la de un activo sin riesgo, y su volatilidad, medida como su desviación típica.

Entendemos como activo sin riesgo la rentabilidad de la deuda pública a corto plazo emitida por gobiernos y empresas del área geográfica que más se asimile a los activos en los que invierte el fondo. La ratio de Sharpe expresa la rentabilidad obtenida por cada unidad de riesgo soportado por el fondo.

La ratio de Sharpe fue creada por el Premio Nobel William Sharpe, graduado en la Universidad (IV League) de Stanford en Estados Unidos. Del valor numérico de la ratio de Sharpe podemos extraer algunas conclusiones.

En términos de rentabilidad: 

  • Mientras mayor sea el índice de Sharpe, mejor es la rentabilidad del fondo comparado directamente a la cantidad de riesgo que se ha asumido en la inversión.
  • Si el índice o ratio de Sharpe es negativo, indica un rendimiento inferior a la rentabilidad sin riesgo. Toda ratio de Sharpe inferior a uno significa que el rendimiento del activo es inferior al riesgo que estamos asumiendo al invertir en un activo determinado. 

Su importancia

Utilizamos el índice de Sharpe para mostrar hasta qué punto el inversor está dispuesto a asumir riesgo para obtener un mayor retorno a su inversión (ROI). Un error muy frecuente a la hora de elegir un fondo, tanto por parte del asesor como del inversor, es fijarse demasiado en las rentabilidades del fondo y no en los niveles de riesgo correspondientes. Evidentemente, un fondo de elevada rentabilidad llama la atención a cualquier inversor, pero muy pocas veces nos paramos a pensar cuánto riesgo se asume para obtenerla.

La ratio de Sharpe es una herramienta muy importante a la hora de invertir en un fondo de inversión, pero también debemos fijarnos en otros factores que bien lo explicará el asesor financiero o como profesionales de la industria ya tendrás conocimientos sobre el tema. Es muy importante fijarse en la relación entre el riesgo que estemos dispuesto a asumir versus la rentabilidad de la inversión.

Rebalanceo (algoritmos) 

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Una de las claves del inversor de largo plazo es ser capaz de no dejarse llevar por las emociones cuando, por ejemplo, la rentabilidad generada entra temporalmente en negativo. El perfil de riesgo de cada inversor es fundamental en este momento. Ya que, si el perfil como inversor es muy conservador, la línea de inversión seguida por la cartera será también más conservadora. Por el contrario, si el inversor es más ambicioso, el dinero será invertido bajo una estrategia más agresiva.

Ahora bien, ¿cómo se mantiene una cartera optimizada para un perfil determinado de riesgo con el paso del tiempo? La respuesta es gracias al rebalanceo. En este apartado vamos a profundizar en el rebalanceo automático que se realiza de forma inteligente a lo largo del tiempo, con el que nos aseguramos de que la exposición a los mercados se mantenga siempre alineada al perfil de riesgo del inversor.

¿Qué es exactamente el rebalanceo automático?

Lo analizamos con un ejemplo, si la cartera de inversión asociada al plan del inversor fuera la que llamamos Equilibrado (cartera de riesgo medio), el desglose de la cartera atendería aproximadamente al 50% en renta fija y el resto en renta variable y bienes reales.

Con el paso del tiempo los mercados evolucionan, es decir, el valor de ciertos activos o bienes irá variando de forma natural en cada momento. Por ello, durante cierto tiempo se podría dar el caso de que con las categorías de activo en renta fija incluidas en una cartera Equilibrado han perdido valor mientras que los de renta variable han aumentado en valor durante este espacio temporal.

Si observamos el gráfico de arriba se ve que la cartera sin rebalanceo automático ya no se encontraría invertidos 50-50, sino por ejemplo en un 30-70, es decir, con un porcentaje de renta variable más elevado de lo configurado inicialmente. Por la evolución natural de los mercados el inversor podría por lo tanto encontrarse expuesto, a lo largo del tiempo, a un nivel de riesgo superior, o inferior, al de su perfil de riesgo.

Por lo tanto, el rebalanceo automático permite reajustar de manera sistemática la composición de la cartera de inversión a lo largo del tiempo, siendo una estrategia muy efectiva para gestionar el riesgo y para mantener la alineación entre el perfil de riesgo del inversor y su cartera.

EL DATO

Varios estudios1 demuestran que aplicar una estrategia de rebalanceo automático de la cartera podría generar hasta un +0.4% de rentabilidad adicional para tus inversiones de largo plazo.


1.(Fuente: estudio de David F. Swensen “Unconventional Success: A Fundamental Approach to Personal Investment”)