Lecciones de un crash: ¿qué hacer cuando todo cae?

Tormenta
Felix Mittermeier, Unsplash

Hace ya más de dos meses de la hecatombe en los mercados provocada por la crisis sanitaria y económica que ha traído consigo el COVID-19. En un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por AllianceBernstein hemos preguntado a varios selectores de fondos por su reacción en esos momentos de estrés brutal en los que todo cae de forma indiscriminada.

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“Cuando todo caía, lo que hicimos nosotros, en general, fue no hacer nada, sufrir, y decirnos que en algún momento tendrá que parar”, reconoce Marta Díaz-Bajo, socia y directora de Análisis de Fondos en atl Capital, que explica que, de forma anecdótica y absolutamente minoritaria, “existe un timing muy relativo, que se puede hacer solo con algunos clientes que tenían mucha liquidez. Pero creo que en esa semana de marzo, con tanta volatilidad, no se debían hacer cambios en fondos de inversión al no saber los valores liquidativos a que reembolsarás de los que vendes ni de los que compras, unido al riesgo de quedarse fuera y que empiece a rebotar”. Insiste en que “con el 99% de los clientes no hicimos nada, y la recomendación fue no hacer nada”.

Entre otras cosas, explica que, en general, el porcentaje de clientes que estaba desinvertido en el momento de las caídas era muy pequeño: “Algunos afortunados en ese momento estaban desinvertidos, por azar más que por convicción, ya que nuestra filosofía no es entrar y salir del mercado en función de una visión a corto plazo, es planificar. Y también tenemos algunos clientes a los que la crisis económica y sanitaria les ha afectado mucho por su tipo de negocio. En estos casos también mantuvimos la calma y seguimos con el mantra de mantener la caja de liquidez y esperar a una mayor tranquilidad de mercados para, si es necesario, revisar la planificación.

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Patricia Justo, directora de Selección de Fondos en A&G, coincide en que cuando todo cae como cayó entre finales de febrero y mediados de marzo hay poco o nada que hacer. Pero hace una matización: “El problema es cuando a los participantes del mercado no les queda más remedio que hacer algo: fondos de inversión a los que les saltan margin calls, su límite de VAR, su límite de volatilidad… El problema se incrementa cuando no es cuestión de que quieran o no hacer algo, sino que hay muchas ocasiones en las que no les queda más remedio que reducir drásticamente el riesgo porque el mandato, el folleto, así se lo exige. Y eso lo hemos visto mucho estas últimas semanas. Ha sido parte del problema y ha sido uno de los motivos por los que la liquidez ha sido tan escasa en el mercado”.

También comenta que en gestión de clientes, “si a tu cliente le tienes bien perfilado no es necesario hacer nada porque está en el perfil en el que, en principio, puede asumir esas pérdidas, que son pérdidas lógicamente no vistas en muchos años y, por tanto, todos los clientes se ponen nerviosos por muy bien perfilados que los tengas. Pero un cliente bien perfilado no tiene porqué tomar medidas radicales en esos momentos”. Otra cosa es hacer timing para aprovechar oportunidades: “En estos entornos sí que hay que hacer reajustes en las carteras”. Asegura que en su caso no han hecho ningún ajuste de riesgo radical, “pero sí que estamos aprovechando el momento”.

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“Una cosa muy importante es transmitir al cliente que para capear bien las crisis hay que estar preparado antes de que se produzca. Eso implica que un planteamiento prudente te puede perjudicar en un entorno en el que el mercado no pare de subir y eso implica que no siempre vas a estar en el mejor lado de las cosas. No podías haber entrado en esta situación con parapetos salvo que los tuvieras puestos de antes”, afirma Marta Campello, socia y gestora en Abante Asesores. Esa ha sido la situación de la gestora. “A finales de 2019, empezamos a ver cierta complacencia en los mercados: complacencia en las valoraciones, volatilidad muy baja, movimientos pequeños, muchos días de subida, entradas récord en fondos de riesgo en los momentos en que más subía el mercado… Nos sentíamos tremendamente incómodos. De hecho, tuvimos un principio de año poco lucido porque habíamos bajado bastante el riesgo en las carteras, habíamos pasado de estar sobreponderados en renta variable a estar ligeramente por debajo de la neutralidad y habíamos añadido muchísimas coberturas”.

Con esa red de coberturas que hace que no se caiga tan a plomo como el mercado, en el momento de las caídas empezaron a vender las puts, que valían mucho dinero en el mercado, aunque no se deshicieron de todas, “no es tan fácil con la volatilidad a 80”, explica. Apunta también que si el mercado cae mucho se empieza a estar desinvertido: “En una cartera con un nivel central del 50% en renta variable, si las bolsas se desploman llega un momento que te encuentras con un 40% de inversión. Y tampoco es prudente que si el mercado cae mucho al cliente no le recompongas el nivel de renta variable”. Con esa premisa lo que han estado haciendo ha sido recomprar renta variable hasta devolver las carteras a la neutralidad.

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Miguel Luzárraga, country head de AllianceBernstein, coincide con el resto de participantes en el debate en que cuando todo cae de forma salvaje, hay que gestionar la cartera, pero también la psicología del inversor. En este sentido, cuenta que han elaborado una presentación sobre cómo gestionar las conversaciones con el cliente desde el punto de vista emocional: “Pensamos que hay que escuchar, empatizar con él, ponerse al mismo nivel y utilizar la mismas palabras, el mismo lenguaje, utilizar el pensamiento racional. Hay que tener en cuenta que esta crisis la vive todo el mundo, no solo una familia o un segmento de la población o un país. Es importante gestionar las emociones y, sobre todo, no entrar en pánico. Hemos visto las caídas en 2008 (que son muy parecidas en magnitud a las recientes, no en extensión), pero también las recuperaciones de 2009”.

Está de acuerdo en que hay que estar atento a las oportunidades que surgen para aprovecharlas, pero también en que en un contexto de mercado tan adverso como el vivido no es buena idea hacer market timing. “Es algo que todo el mundo intenta evitar, aunque sí que es cierto que hay veces que la situación te obliga a tener que reembolsar o reposicionar o cambiar la cartera”. Explica que “la caída del S&P500 entre enero y marzo ha sido del 19,6%; pero si te has perdido los cinco mejores días del año es del 43,1%. Por tanto, cuando cae todo indiscriminadamente nuestra recomendación y nuestra forma de esperar es analizar, leer, estudiar, ver qué pasa en el mercado y sobre todo hacer algo muy importante, comunicar”. En este sentido, cuenta que en AllianceBernstein han implementado un mail diario solo de mercado y una información semanal de los productos para informar de qué se está haciendo en las carteras.