Lo que hay detrás de la gestión y selección de un fondo temático

Jeremy Thomas (Unsplash).

La inversión temática tiene unas peculiaridades que hacen que su gestión y selección sea diferente a la de un fondo tradicional. Preguntamos a selectores y gestores sobre estas particularidades y sobre el encaje del debate value vs. growth en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por Amundi AM.

Correlación entre fondos

Borja Montero (BBVA Quality Funds)

Borja Montero, responsable de Selección de Renta Variable de BBVA Quality Funds, considera que los fondos temáticos, en general, suelen contar con cierto sesgo growth. Algo, desde su punto de vista, lógico. “Cuando hablamos de este tipo de inversión estamos pensando en temáticas que van a crecer por encima de la media, por tanto, las compañías que estén inmersas en ellas lo normal es que tengan también un crecimiento y unos beneficios superiores”.

También llama la atención sobre el hecho de que hay bastantes fondos temáticos con una correlación entre ellos importante. Destaca, por ejemplo, todo lo relacionado con la tecnología. ”Hay fondos de los que a priori se puede pensar que no tienen demasiada exposición a esta temática. Por ejemplo, uno de consumo. Pero una tendencia en este ámbito es el consumo digital, por lo que, al final, vas a tener exposición a tecnología o a servicios de comunicación”.

También hace hincapié en la importancia del momento de entrada en estas temáticas, sobre todo en las relacionadas con la tecnología, que son las que actualmente tienen más tirón. “Hay fondos que han dado rentabilidades anuales en los últimos cinco años de entre un 25% y un 35%, cuando la bolsa da un 7% u 8% histórico. Es necesario preguntarse qué se está descontando en la valoración de esas estrategias”. Tal vez, explica, sea demasiado optimismo. Asegura que eso no significa que no tenga todo el sentido estar en estas temáticas, pero, “a lo mejor, si aún no estás, habría que elegir para entrar un mejor momento”.

El riesgo de que no cristalice

Marcos Aza (Santander AM)

Marcos Aza, senior Investment manager del Departamento de Inversiones Cuantitativas en Santander AM España, considera que en este tipo de inversión el objetivo no es tener un fondo value o growth. “Necesitamos tener herramientas dentro de la cartera para poder capear los diferentes momentos de mercado. Es lógico que nos guste tener algo value para cuando lo necesitemos”. Pero considera que el mayor riesgo que tiene un fondo temático es que “la temática no cristalice o que no se produzca esa transformación esperada en el largo plazo, o que cambie completamente la tendencia”.

Pone un ejemplo. ¿Qué pasaría si, de repente, se aprobara una ley que no permitiera hacer terapias genéticas? “Es con ese tipo de riesgos con los que realmente tenemos que lidiar. No estamos compitiendo con un fondo growth o con un fondo value”. Insiste en que lo más importante es ser rápidos a la hora de darse cuenta de que una determinada temática no va a funcionar porque ha habido un cambio, por ejemplo, regulatorio o legislativo, que va a impedir que llegue a ser una realidad en el largo plazo”.

Tres preguntas importantes

María Rivera (Banca March)

María Rivera, gerente de Carteras de Banca March, explica que en el proceso de inversión se hacen siempre tres preguntas importantes antes de dar el sí a una de esas ideas que se espera que transformen el futuro. Lo primero que requiere este tipo de inversión es entender el cambio. Una vez que se ha comprendido hay que analizar las tres grandes fuerzas que van a dar soporte a la temática y la van a hacer perdurable.

En primer lugar, el apoyo económico, “que ese cambio que se va a producir en el mundo arroje un crecimiento sostenible en el tiempo, que sea rentable”. Además, es muy importante el apoyo social, “que ese cambio pueda llegar a transformarse en una necesidad para la sociedad”. Y como consecuencia de este último, tarde o temprano, “surgirá una regulación o un apoyo gubernamental que haga mantener el cambio durante mucho tiempo”.

La última fase de la construcción de la cartera es que sea monetizable. Es decir, “que tengamos un instrumento a través del cual materializar esa inversión o aprovechar ese cambio que se está llevando a cabo en el mundo”. En el caso de la entidad, explica que necesitan fondos de renta variable global y UCIT con liquidez diaria. “Al final, como resultado de todo el proceso mencionado, lo que tenemos es una cartera diferente a las tradicionales”. 

El desafío de identificar las tendencias

Raúl Fernández (Amundi)

Raúl Fernández, director de Distribución de Amundi Iberia, aborda ese desafío que supone la última etapa de la construcción de la cartera desde el punto de vista del proveedor de fondos temáticos. El primer reto, según cuenta, es el de la identificación de las tendencias clave para el futuro, que realmente se puedan capitalizar y obtener de ellas algún rédito financiero.

Después, efectivamente, “hay que ver que lo que hemos identificado como una temática de futuro se puede articular a través de un vehículo de inversión o un fondo”. Eso significa, según explica, que “realmente nos sintamos cómodos porque existe un universo invertible que nos permita diversificar y construir una cartera, incluso que dentro de una temática exista la posibilidad de ponderar los pesos en distintos subsectores; o que haya filtros de liquidez suficientemente amplios o filtros de capitalización”. Y eso lleva a una conclusión: “No todo vale”.

Añade que en CPR (Amundi), desde que se identifica una tendencia hasta que se lanza, pueden pasar entre 12 y 18 meses. Así ha sucedido con envejecimiento, disrupción, alimentación, medtech, impacto social, acción climática, educación…

Una nueva dimensión transversal

Y llegados a este punto es el momento de preguntarse cómo se seleccionan este tipo de fondos. En principio, podemos decir que tiene poco que ver con la selección de fondos tradicional, en referencia a aquella que está perfectamente categorizada, diferenciada, con bases de datos, track record y series históricas lo suficientemente largas. Todos ellos elementos que luego permiten analizar los parámetros más clásicos: geografías, sectores, factores...

Sebastián Larraza (Andbank WM)

“En este caso, lo que estamos metiendo es una nueva dimensión que es transversal”, apunta Sebastián Larraza, responsable de Selección de Fondos y Gestión Multiperfil de Andbank Wealth Management. Considera que construir una cartera en base a ideas de futuro es complejo: “Tiene un componente más cualitativo, de conocimiento, de contacto más personal”.

De hecho, cuenta que la entidad firmó un acuerdo estratégico con Afi para, precisamente, contar con ayuda en esa selección de fondos e ideas. La firma ha identificado cinco megatendencias (disrupción tecnológica, longevidad, cambios en los hábitos de consumo, mercados emergentes y cambio climático) y, dentro de ellas pueden llegar a tener hasta 32 temáticas, aunque actualmente tienen 20 repartidas en 27 fondos.

Asegura que la selección de un fondo en el ámbito de la inversión temática tiene un poco de arte “porque no puedes recurrir a las métricas tradicionales cuantitativas, cualitativas, de conocimiento”. Y pone sobre la mesa un tema que le preocupa especialmente, el de la rentabilidad. “Desde este año ya podemos ver que algunas tendencias van a revertir”. Pone el ejemplo de las compañías que se han beneficiado del necesario ‘quédate en casa’ que ha traído la pandemia. Algo que en algún momento, probablemente más pronto que tarde, se va a acabar, “con lo que habrá compañías, como Zoom o Netflix, que no van a ser capaces de mantener los ritmos de crecimiento y los niveles de beneficio actuales”. Está convencido de que esto va a provocar que 2021 vaya a ser un año de mucha rotación en las carteras.