Identificamos cuáles son los productos concretos encuadrados dentro de esta filosofía de inversión que acumulan actualmente un mayor volumen de activos bajo gestión.
Las inversiones de impacto son aquellas que intencionalmente buscan un impacto social/medio- ambiental medible en conjunto con un retorno financiero, como mínimo igual al del capital principal invertido. El origen del término inversión de impacto se remonta a la reunión organizada en 2007 por el por aquel entonces director general de la Fundación Rockefeller, Bugg Levine, poniendo en contacto a inversores financieros para tratar de buscar la manera de unir la inversión con la filantropía, buscando retornos financieros y sociales o medioambientales. Este fue el comienzo de la Rockefeller Foundation’s Impact Investing Initiative.
Tal y como explica Ana Guzmán, directora de Impacto de Portocolom Asesores EAF, hay algunas características que son esenciales a la hora de distinguir la inversión de impacto frente a otras inversiones:
1. Enfoque tridimensional: Pasando de una doble dimensión (rentabilidad y riesgo) a triple (rentabilidad financiera, social y riesgo) como elementos clave.
2. Intencionalidad como elemento esencial: El propósito social trasciende al financiero, pero siempre con un componente empresarial. La rentabilidad financiera es, como mínimo, igual a la del capital invertido.
3. Provoca un cambio en el marco social o medioambiental de actuación. Para poder llevar a cabo ese cambio existe un plan de actuación en el tiempo por lo que las inversiones requieren un periodo de madurez (se denomina capital paciente, es una inversión, vía deuda o capital accionarial en una empresa social, con alta tolerancia al riesgo y acompañamiento a la empresa durante sus etapas de crecimiento a cambio de una rendición de cuentas.
4. Los proyectos han de ser escalables.
5. La intencionalidad en la consecución de retornos sociales forma parte del propósito de la empresa y la rentabilidad financiera es más consecuencia de la social que al revés.
6. Al igual que se miden los retornos financieros se ha de medir los retornos sociales y medioambientales. Es decir, cómo los recursos financieros, humanos y materiales destinados al proyecto (inputs) se han puesto en funcionamiento (actividad) para dar un volumen o cantidad de productos, bienes de capital, servicios o cambios en los recursos (output) y los efectos positivos o negativos, primarios (intencionales) o secundarios (accidentales) que han tenido en el sector en el que se han empleado los inputs (outcome o alcance). Los fondos de impacto son productos que, por lo general, tienen mejor rating de sostenibilidad Morningstar.
Los fondos más grandes del mercado
Morningstar ha elaborado la lista del top 10, en la que aparecen productos (algunos de los cuales no están registrados para su venta en España) de renta variable, pero también de renta fija, concretamente tres. De hecho, el que más patrimonio acumulaba a cierre del primer semestre del año era una estrategia de BlueOrchard, una gestora suiza creada en 2001 y especializada en inversión de impacto. Su buque insignia es el Blue Orchard Microfinance. Financia a instituciones de microfinanzas, supervisadas por el regulador local, que a su vez conceden microcréditos a individuos, grupos y pequeños emprendedores. Es el fondo de impacto más grande del mercado, con algo más de 1.800 millones de euros en activos bajo gestión.
El segundo producto de impacto con más patrimonio es de BNP Paribas AM, el BNP Paribas Développement Humain, fondo de renta variable europea que no está registrado en España que invierte en compañías de gran capitalización siguiendo un estilo blend. Su tamaño a cierre de junio superaba los 1.100 millones de euros. Tampoco está registrado en CNMV el ÖkoWorld ÖkoVision Classic, un sectorial ecológico que cierra el selecto grupo de fondos de impacto que superan los 1.000 millones de patrimonio.
Entre los que sí están registrados, BNP Paribas AM también dispone del BNP Paribas Smart Food (antes Parvest Smart Food), un producto que a mitad de año contaba con casi 750 millones de patrimonio. La entidad ha delegado su gestión en Impax AM.
Se trata de un fondo de renta variable internacional gestionado por un equipo de especialistas medioambientales con más de 10 años de experiencia en el sector. La cartera está compuesta por entre 30 a 40 empresas con beneficios sólidos y sostenibles. Los gestores excluyen a empresas con prácticas deshonestas como el acaparamiento de tierras, el trading de materias primas o una mala gestión de mano de obra, así como a productores de organismos modificados genéticamente, biocombustibles de primera generación, aceite de palma y fertilizantes inorgánicos.
La firma francesa es la única entidad que logra colocar dos productos de impacto entre los 10 con más activos. De las que tienen oficina en España, no es la única. En el ranking aparecen otras dos gestoras: NN Investment Partners y AllianceBernstein. La primera holandesa comercializa el NN (L) Green Bond.
Creado en febrero de 2016, se trata del mayor fondo de bonos verdes del mercado. Uno de sus rasgos más característicos es que vincula las inversiones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Invierte en bonos verdes de elevada calidad crediticia (entre AAA y BBB-), principalmente denominados en euros y presume de la etiqueta GreenFin de Novethic, que avala que todas las inversiones son realmente verdes. La gestora lanzó el pasado mes de abril una estrategia similar, pero de bonos de corta duración: el NN (L) Green Bond Short Duration.
AllianceBernstein cuenta con el AB Sustainable Global Tematic, un fondo de renta variable global que busca compañías que están expuestas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de La ONU relacionados con la salud, el clima o el empoderamiento.. Usa un enfoque top-down para la selección de las compañías más atractivas que encajen en estos principios, que combina con un análisis bottom-up, que utilizan para buscar la exposición a los factores ESG basándonos en tres pilares: crecimiento de beneficios, valoración y calidad de equipo directivo. Su filosofía es generar rentabilidades superiores a través de inversiones que contribuyan positivamente a factores sociales y medioambientales.
A continuación se presenta el ranking de los 10 fondos de impacto más grandes del mercado (a cierre de junio):