Los activos financieros registraron en 2018 su primera caída en más de 10 años

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Allianz  Global Investors acaba de publicar la décima edición de su Global Wealth Report, en el que analiza la situación de activos y deudas de los hogares en más de 50 países. Según el informe, en 2018, los activos financieros en los países industriales y emergentes disminuyeron simultáneamente por primera vez, algo que no había sucedido ni siquiera en 2008, cuando estalló la crisis financiera.

En concreto los activos financieros cayeron de media un 0,1% manteniéndose estos en la cifra de los 172,5 billones de euros. En este retroceso mucho influyó la fuerte caída registrada en los países emeregentes, del 0,4% de media con China como una de las plazas más penalizada por el impacto en su ahorro de la mala evolución que tuvieron los mercados financieros. De hecho, los activos chinos retrocedieron nada menos que un 3,4%.

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Sin embargo, el informe también incluye una buena noticia como es el record que registraron los nuevos ahorros ya que aumentaron a nivel mundial un 22%, debido sobre todo al impulso de los estadounidenses, que se beneficiaron de la reforma fiscal que llevó a cabo EEUU el año pasado.

Pero el análisis de los nuevos ahorros en 2018 revela otra peculiaridad: los ahorradores parecían dar la espalda a la clase de activos de seguros y pensiones. La proporción de ahorros nuevos en el ahorro total ha caído de más del 50% antes e inmediatamente después de la crisis a apenas un 25% en 2018. Y mientras que los hogares estadounidenses aumentaron a cambio su demanda de valores, todos los demás hogares prefirieron depósitos bancarios: en Europa occidental, por ejemplo, dos tercios de los nuevos ahorros terminaron en las arcas bancarias; en todo el mundo, los depósitos bancarios siguieron siendo el destino más popular para el ahorro nuevo, por octavo año consecutivo. Sin embargo, esta inclinación por los activos líquidos les salió cara ya que se espera que las pérdidas sufridas por los hogares como resultado del repunte de una inflación que no se cubre con la rentabilidad del depósito hayan aumentado a casi 600.000 millones de euros en 2018.

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