Menores tipos de gravamen frente a la aún superviviente reducción por antigüedad para activos adquiridos antes de 1994. Aportaciones máximas a planes de pensiones limitadas a 8.000 euros frente a unos límites actuales de 10.000 y 12.500 euros. Plusvalías a corto que tributarán en la base del ahorro frente a su actual incorporación en la base general del IRPF. Estos son sólo algunos de los dilemas fiscales con los que están lidiando los gestores de patrimonios en la recta final de año. Para rebajar la factura fiscal teniendo en cuenta la reforma tributaria que aún está en tramitación, los economistas asesores fiscales del REAF-REGAF han elaborado el documento “60 Recomendaciones. Planificación Fiscal con la Reforma”. Este informe ha sido presentado en rueda de prensa en paralelo a la celebración en Madrid de unas Jornadas Tributarias que este órgano especializado del Consejo General de Economistas ha organizado para abordar la reforma fiscal durante los días jueves 6 y viernes 7 de noviembre.
Entre las propuestas de los economistas asesores fiscales figuran cuestiones más o menos claras como que si se puede agotar el máximo de aportación a un plan de pensiones en 2014, se haga ya puesto que, en 2015, la aportación máxima será menor. Y otras más complejas en tanto aún no hay certeza total sobre cómo quedará el sistema. Es el caso de qué hacer si se tiene un activo que a día de hoy podría disfrutar de coeficientes reductores de la plusvalía por antigüedad, los conocidos coeficientes de abatimiento.
El futuro de estos coeficientes aún no está del todo claro. Primero se suprimieron del IRPF y recientemente una enmienda del PP -con muchos visos de prosperar- propone su vuelta, pero con limitaciones. En concreto, se propone que puedan seguir disfrutando de ellos las ganancias que provengan de transmisiones que no superen los 400.000 euros. Para el REAF, una opción en el caso de acciones cotizadas puede ser “vender antes de 1 de enero de 2015, reduciendo la plusvalía con los coeficientes de abatimiento, sin limitación alguna, y seguidamente volver a adquirirlas, actualizando de esta manera su valor”. En el caso de los inmuebles antiguos proponen, por ejemplo, que entren en juego las donaciones porque “aunque el importe de la transmisión supere los 400.000 euros, el inmueble quedará actualizado en sede del donatario y, cuando lo venda, la plusvalía no será tan elevada”. Además, recuerdan, en algunas Comunidades Autónomas, la tributación por donaciones (que dependen de dónde esté el inmueble) es casi nula. Eso sí, nunca hay que olvidarse del coste de las plusvalías municipales.
Como así recordaron los responsables del REAF-REGAF, esta reforma también suprime los coeficientes de corrección monetaria que afectan al valor de los inmuebles. Unos coeficientes que, según explicaron, en las diversas simulaciones que han ido realizando “si el valor de adquisición es muy pequeño apenas tiene impacto”. Pero para valores muy elevados sí que hace que la plusvalía sea mayor.
Las recetas del REAF- REGAF también abordan otros impuestos. Por ejemplo, en Sociedades recuerdan que la participación en una entidad, residente o no, es inferior al 5% y el valor de adquisición de esa cartera supera los 20 millones de euros, “le interesará más que le reparta beneficios en ejercicios iniciados en 2015 que en los iniciados en 2014 porque si es residente tendrá derecho a la exención de los mismos y si lo hace ahora solo tendrá derecho a deducción del 50% en caso de participar en una residente y no podrá gozar de la exención si se trata de una no residente”.
Más allá de los consejos fiscales para encarar la recta final de año, los asesores fiscales también reclamaron la mejora de las relaciones con la Administración Tributaria de cara a poder conocer antes de actuar sus criterios interpretativos. “Sería deseable que pudiéramos saber los criterios administrativos antes de que tengamos que aplicarlos, como así ocurre en otros países de nuestro entorno” afirmó Jesús Sanmartín, presidente del REAF-REGAF-CGE.