Los aspectos clave que apuntan a que Europa se recupera

Los datos publicados recientemente en Europa han hecho pensar a muchos inversores que la recuperación económica en la eurozona podría estar a la vista. Tres serían los indicadores que apuntarían en este sentido. En primer lugar, el PMI compuesto de la eurozona subió hasta 51,5 puntos en agosto, frente a los 50,5 de julio, en lo que supuso la lectura más alta en más de dos años. En segundo término, los recientes datos del PMI sugieren que la su economía probablemente vuelva a expandirse de nuevo a un ritmo modesto en el tercer trimestre. Por último, en el segundo trimestre el desempleo en España descendió desde el 27,2% del primer trimestre hasta el 26,3%.

Según enfatiza Fidelity Worldwide Investment, la deuda pública de la periferia se ha recuperado con fuerza; los tipos de la deuda griega se sitúan ahora en torno al 10%, frente a los máximos superiores al 40% de 2012. La deuda española e italiana rondan el 4,5%, por lo que casi han regresado a los niveles anteriores a la crisis. “No sorprende que los mayores beneficiarios de la normalización de las condiciones financieras hayan sido los bancos de la eurozona; así, desde que Draghi se comprometió hacer ‘lo que fuera necesario’ para salvar al euro hace apenas un año, el índice MSCI de bancos europeos ha subido más de un 50%".

Si no cambian el resto de variables, en la gestora consideran que la constante normalización financiera y la mejora de los datos económicos de la región deberían ayudar a realzar las perspectivas para las empresas de la región. “Un rasgo destacado de la eurozona ha sido la capacidad de sus empresas para aumentar sistemáticamente sus beneficios por encima de la media mundial a pesar de las condiciones económicas".

La visión de tres gestores de Fidelity

Según Paras Anand, responsable de renta variable europea de Fidelity, “en tanto en cuanto provoque un mejora de las condiciones de explotación, cualquier señal de recuperación en la economía de la zona euro debe ser bienvenida. Sin embargo, el optimismo en este sentido debe equilibrarse con el conocimiento de que la correlación entre el crecimiento del PIB y la evolución bursátil puede ser baja. Un determinante generalmente más fiable de las rentabilidades bursátiles es la creación de valor y la buena noticia es que muchas empresas europeas han sobresalido en este ámbito a pesar de las difíciles condiciones económicas de los últimos años”. 

Para Matt Siddle, gestor de renta variable europea, “la mejoría de los datos económicos y los indicadores adelantados de la zona euro ha sido clara durante los últimos seis meses. Esto ha coincidido con la debilidad de los mercados emergentes y la subida de los tipos de los bonos como resultado de la retirada de estímulos en Estados Unidos. Aunque sería prematuro afirmar que la crisis de la eurozona se ha resuelto completamente, estos acontecimientos deberían acentuar el interés en la renta variable europea”.

De acuerdo con Sam Morse, gestor de renta variable europea de Fidelity, “aunque parece que la crisis de deuda pública de la eurozona está remitiendo, creo que la región sigue siendo vulnerable a una posible desaceleración del crecimiento mundial. En un entorno tan inestable, mi prioridad seguirán siendo las empresas con valoraciones atractivas, balances sólidos y que puedan ofrecer un crecimiento constante de los dividendos durante los próximos tres a cinco años, con independencia del entorno económico”.