Los cambios fiscales en las sicavs disparan los registros de sociedades de inversión libre (SIL)

florecer, nacer
Firma: Raquel Raclette (Unsplash)

La entrada en vigor a principios de año del nuevo régimen fiscal que amplía las condiciones para que las sicavs puedan seguir tributando en el Impuesto sobre Sociedades al 1% y no al 25% como el resto de sociedades, ha provocado una avalancha de sociedades que han solicitado a la CNMV su disolución, liquidación o transformación. Muchas han sido las alternativas que se han dado desde las entidades a esas sociedades (unit link, sociedad anónima, integración en una IIC…) y entre ellas también figura un tipo de IIC de inversión libre que hasta ahora gozaba de poca popularidad: la sociedad de inversión libre (SIL).

Según los datos que figuran en la CNMV, en lo que va de año son seis las SIL que se han registrado, el 23% del total. La cifra supone un récord ya que el máximo en años anteriores como 2019 o 2015 el máximo que se registraron fueron cinco, como se aprecia en el gráfico inferior.

Fuente: CNMV. Los años que figuran en blanco se deben a que no se registraron sociedades.

Las dos grandes razones

Pero, ¿qué explica este mini boom de sociedades de inversión libre? Por una parte está el hecho de que estos vehículos, junto con los fondos de inversión tradicionales, se incluyeron en el régimen transitorio, que permitía neutralidad fiscal en las ganancias o pérdidas patrimoniales del socio, persona física o jurídica, siempre que todo el patrimonio obtenido en la disolución se reinvierta, sin plazo de mantenimiento, en otras Instituciones de Inversión Colectiva españolas que tributen al 1%.

"Como es conocido, el régimen transitorio que entró en vigor con la Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal introdujo un régimen fiscal atractivo para aquellos inversores que decidieran liquidar sus SICAV durante el año 2022 y reinvirtieran la cuota de liquidación en otras IIC financieras, definición que incluye a las SIL", explica Jorge Ferrer, socio de finReg360. De ahí que, según declara, hayan sido una opción por la que se hayan decantado algunos grupos familiares que tuvieran más dispersión del accionariado y directamente o mediante la inversión de terceros pudieran alcanzar los 25 inversores con inversiones mínimas de 100.000 euros que, salvo para los inversores profesionales, se requieren en este tipo de vehículos.

Esos grupos familiares deben tener un apetito de riesgo algo mayor, puesto que las SIL se caracterizan por utilizar estrategias de inversión que se separan de las IIC armonizadas, con limites más exigentes en cuanto a la tipología de activos y límites de concentración. Esto puede suponer también un atractivo, puesto que permite incorporar estrategias alternativas de gestión en parte de estas carteras. “Finalmente, las SIL no dejan de ser sociedades anónimas por lo que un grupo familiar podría mantener la mayoría del accionariado y, por ejemplo, negociar las comisiones de gestión, lo que siempre supone un valor adicional”, añade Ferrer. 

De momento, entidades como Santander Private Banking, Renta 4, BBVA AM o Urquijo Gestión (Sabadell) han incluido a este tipo de vehículos en su nueva oferta. De todas ellas, Renta 4 ha sido la más activa ya que de las seis SIL nuevas que han visto la luz, tres están gestionadas por esta entidad.