Las cuatro grandes fuerzas que están impulsando a la ESG

Ciclista__bicicleta__active_share__renta_variable__ganador
-

La inversión con criterios ambientales, sociales y buen gobierno (ESG) está ganando mucha velocidad. Según un reciente estudio realizado por la consultora PwC, que estima que dentro de cinco años aproximadamente la mitad del patrimonio total gestionado por la industria europea de fondos estará en estrategias ESG, cuatro son los catalizadores que están impulsando esta filosofía de inversión:

1. Revisión completa de la reglamentación. El impulso regulador y legislativo de la ESG ha cambiado y se ha fortalecido significativamente en los últimos años. “Hemos visto un cambio importante de las regulaciones e iniciativas voluntarias a una legislación rígida y vinculante. Esta creciente presión legislativa y regulatoria ha reforzado la mayor atención que la ESG está recibiendo y es probable que tenga el mayor impacto en la aceleración del cambio hacia un modelo sostenible de inversión. A medida que se desarrolle el panorama normativo, las empresas insostenibles perderán capital y los sectores que no cumplan con las normas se verán penalizados como consecuencia de ello”.

Para la consultora, es interesante que la crisis de COVID-19 haya estimulado una fuerte respuesta de los encargados de formular políticas sobre el importante papel que los principios de inversión ASG pueden y deben desempeñar en las medidas de recuperación económica (es decir, una recuperación verde).

2. Mejor comportamiento relativo de la ESG. Diversas investigaciones han desmentido la creencia generalizada de que para invertir de manera sostenible, los inversores deben sacrificar rentabilidad. Por el contrario, cada vez hay más pruebas que sugieren una perfecta sinergia entre el rendimiento y la sostenibilidad. En la corrección de mercado vivida en la crisis del COVID-19, los activos alineados con los criterios ASG superaron en rentabilidad a los que no lo estaban. Un análisis de Bloomberg determinó que el fondo ESG medio perdió un 12,2% en 2020, menos de la mitad que el S&P 500.

“A medida que nos adentramos en la nueva normalidad, la diferencia de rendimiento entre los productos ESG y los que no lo son seguirá aumentando, ya que los procesos de inversión ESG se vuelven más sofisticados y el creciente impacto y reconocimiento social de los riesgos de sostenibilidad cambia aún más el sentimiento de los inversores a favor de las inversiones en ESG. También esperamos ver una gama más amplia de productos en el futuro a medida que más empresas se vuelvan ecológicas, proporcionando oportunidades para una mayor diversificación”, explican en PwC.

3. Una demanda creciente. El cambio en los valores de la sociedad ha dado lugar a una nueva generación de inversores que dan prioridad a los impactos no financieros junto con los rendimientos financieros. El impulso más fuerte proviene de los inversores institucionales, que están reaccionando a la creciente presión de los encargados de la formulación de políticas regulatorias. “Teniendo esto en cuenta, los gestores están experimentando una creciente presión de los clientes para incorporar las normas ESG en sus ofertas de fondos. A fin de satisfacer esta demanda, los gestores han tomado medidas, lanzando nuevos fondos con mandatos sostenibles y reasignando las carteras existentes”, afirman.

4. Cambios sociales fundamentales, magnificados por las actuales crisis ambientales, sociales y sanitarias. De acuerdo con los expertos de la consultora, “el aumento de la ESG se ve reforzado por importantes cambios sociales. La conciencia pública de los riesgos relacionados con la ESG ha catapultado el cambio climático y la sostenibilidad a lo más alto de la agenda mundial. La sociedad atribuye cada vez más importancia a la financiación sostenible y a la ESG en general. El COVID-19 ha acelerado este cambio, poniendo de relieve los impactos en la vida real de los factores ESG que se pasan por alto”, concluyen.