Simon Klein, responsable de ETP para EMEA y Asia de Deutsche Asset & Wealth Management, analiza la industria de fondos cotizados.
Desde que el pasado mes de junio Michele Faissola, director de Deutsche Asset & Wealth Management hiciese oficial la reorganización de la entidad, la línea seguida por la gestora está muy clara: combinar la oferta de fondos de gestión activa, pasiva y estrategias alternativas siendo agnósticos en término de producto para ofrecerle al cliente aquel que mejor se adapte a sus necesidades, dejando en su mano la decisión última. “La elección final corresponde al cliente, que elige en función de cuáles sean sus expectativas. Algunos inversores creen que no hay alfa en determinados mercados y prefieren estrategias de gestión pasiva. Otros, por el contrario, creen que sí, decantándose por el fondo gestionado activamente”, asegura Simon Klein, responsable de ETP para EMEA y Asia de la gestora alemana.
En lo que respecta exclusivamente a la industria de gestión pasiva, Klein asegura que los fondos cotizados son productos que han ido ganándose el favor de los inversores. En este sentido, el uso que sus clientes hacen de los ETP es muy distinto. “Los family offices aprovechan estos productos para seguir estrategias de ‘buy & hold’. Los hedge funds, sin embargo, son mucho más activos en lo que respecta al trading con ETF. Los banqueros privados los utilizan tanto de forma táctica como estratégica en su asignación de activos, al igual que las compañías de seguros”, revela el experto. “Lo que resulta evidente a tenor de las cifras es que su uso se está generalizando. La fuerza con la que lo hagan dependerá de la propia evolución del mercado”, indica.
De este modo, si la confianza volviese a las economías emergentes, Klein ve probable que la firma registre crecimientos del orden del 25%. De lo contrario, podríamos estar hablando de aumentos del entorno del 15%. “Lo importante es la tendencia”. El experto explica que casi el 50% de las captaciones registradas por los fondos cotizados se producen en ETF que replican índices que no se rigen por las férreas normas que impone la capitalización bursátil. En DeAWM son conscientes que este fuerte crecimiento responde a una demanda real del cliente y, por ello, va a ser el camino que seguirá la entidad a la hora de desarrollar su oferta de productos de gestión pasiva. De hecho, prevén aumentar sus activos bajo gestión en esta área en más de un 50% en tres años, al pasar de los 98.500 millones de 2012 a los 150.000 en 2015.
“Las productos de smart beta es una de las grandes tendencias que está empezando a abrirse paso en la industria. El 42% de los flujos registrados en 2013 han entrado en estrategias de este tipo. De hecho, actualmente el 16% del mercado está en esta clase de ETF. Es, sin lugar a dudas, una clara tendencia de la industria”. Otra de las grandes tendencias que Klein aprecia actualmente como responsable de ETP para EMEA y Asia de la gestora alemana es la repatriación de capitales desde los emergentes a Europa. “El dinero sale de Asia y entra en fondos cotizados que replican los índices más populares de Europa, como es el caso del EuroStoxx 50 o el Dax. Asimismo, el hecho de que las tires de los bonos hayan subido ha elevado la demanda por ETF de renta fija europeos”, revela.
Deutsche Asset & Wealth Management cuenta actualmente con una gama de 236 ETF. No obstante, su oferta se verá ampliada. “Antes de que acabe el año tenemos previsto lanzar al mercado entre 15 y 20 nuevos ETF”. Entre esos productos están fondos cotizados que recojan el comportamiento de los índices MSCI de Turquía o países nórdicos, así como un producto que replique la evolución de Asia Oriental (ex Japón). En la entidad también se centrarán en crear índices integrados por deuda emitida por países periféricos como España e Italia. De hecho, la gestora acaba de traer a España dos fondos cotizados que replican dos índices iBoxx de deuda pública española, uno a corto plazo y otro a largo plazo. Se trata del db x-trackers II IBOXX Spain 1-3 UCITS ETF y del db x-trackers II IBOXX Spain UCITS ETF.
Klein valora la importancia de los productos que hacen una réplica sintética, dado la mayor amplitud de estrategias que permiten. “Determinadas estrategias solo están disponibles con ETF sintéticos, como por ejemplo aquellos que adoptan posiciones cortas. En un entorno de mercado en el que la compresión de las tires de los bonos goza de menos visibilidad, estos productos te permiten ganar dinero en caso de episodios de aumento de las rentabilidades (caídas del precio del bono)”. Según explica, estos productos están registrando una buena aceptación, como demuestra el reciente aumento de la demanda. Lo mismo ocurre con productos que siguen estrategias cubriendo el riesgo de divisa. “Esto es particularmente importante en mercados como el japonés”.
Klein considera que los ETF físicos y sintéticos son complementarios. “Lo ideal es elegir un proveedor que pueda ofrecerte ambas réplicas. Nosotros buscamos diversificar la oferta y ofrecer lo mejor de los dos mundos. El cliente es al final quien elige”. En su opinión, el revuelo generado en torno a los productos que hacen una réplica sintética ha introducido mucha confusión. “Tras varios meses de consulta, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) ha puesto negro sobre blanco sobre cuáles son las líneas maestras de lo que será la regulación para los ETF a nivel europeo. Ahora las cosas están muy claras. Esa guerra se ha acabado”. De hecho, el experto asegura que el tipo de réplica no es un aspecto al que presenten mucha atención sus clientes a la hora de analizar sus productos.
“En lo primero que reparan los clientes a la hora de analizar los fondos cotizados de Deutsche Asset & Wealth Management es el índice sobre el que está construido el producto y, por tanto, la liquidez. El tipo de réplica –si es física o sintética- también el algo en lo que se fijan, pero secundario. Para el inversor retail, lo más importante es la comisión. Sin embargo, para el institucional, éste no es ni mucho menos el único aspecto, ya que dispone de un equipo capaz de analizar cada aspecto de los ETF. El tracking error, por ejemplo, es algo destacable. Al final lo que importa es cómo de bien o mal ha recogido el producto el comportamiento del índice que replica después de las comisiones aplicadas”, señala.