Según el índice de Citywire, el 41% de los 100 gestores de fondos de mercados emergentes encuestados consideran que la renta variable emergente superará al mercado global en el próximo año, lo que contrasta con el 48% registrado en el primer trimestre de 2013.
Asimismo, el 16% de los gestores consultados piensa incrementar sus inversiones en China en los próximos seis meses, frente al 34% inicial. En cambio, aquellos que planean reducir su exposición a este mercado más que duplicó la enterior marca del 12%, alcanzado el 27% en el segundo trimestre. Algo similar sucede con India.
Kai Bald, Head of Public Distribution, Passive Investments para Deutsche Asset & Wealth Management, indicó que “estos datos están en línea con los flujos de capital que hemos observados en ETF en el segundo trimestre. Sin embargo, es un indicador a futuro, y el conocer la forma de pensar de los profesionales de la inversión se puede emplear ya sea para posicionarse en línea con el sentimiento del mercado o, por el contrario, ir en contra".
Otras razones a considerar
A la hora de plantear una estrategia de inversión, es importante considerar todos los elementos posibles para construir una radiografía sobre lo que sucede. Juliet Choolong Latter, de Chelsea Financial Services indicó al Telegraph recientemente que "uno de los grandes problemas de los mercados emergentes es que en un ambiente donde el riesgo aparece de forma intermitente, son los primeros que se venden cuando los inversores se ponen nerviosos, por lo que registran grandes caídas". De hecho, el fondo soberano de Noruega, el más grande del mundo, perdió un 6% en sus inversiones en renta variable de mercados emergentes en el segundo trimestre, debido a la especulación sobre el crecimiento de China.
En relación con este punto, John Dehn, head of research en Ashmore Investment Management, indicó que a pesar de las preocupaciones, es importante no olvidar el fuerte crecimiento que registran estas economías. Por ejemplo, señaló que China, uno de los mercados emergentes que más dudas despierta, crecerá en torno a un 7,5% este año, lo que supone 15 veces más rápido que las economías desarrolladas y con mucha menos deuda. Considera que el gigante asiático está experimentando "una especie de dolorosa etapa a corto plazo" en la medida en que su economía pasa de ser dependiente de las exportaciones, a contar con un crecimiento donde la demanda interna es el motor principal.