El ser humano tiene sesgos que inevitablemente afectan a sus decisiones. Y esto no es distinto a la hora de invertir. La paciencia o la aversión al riesgo son dos variables clave en la toma de decisiones. En este sentido, los inversionistas chilenos
Estas características influyen en las salidas y entradas de flujos en los fondos mutuos. Así lo plantea el Dr. Throsten Hens en su estudio ‘Behavioural Finance and Mutual Funds Flows: An International Study’, realizado para el Global Financial Institute de DeAWM.
El análisis se centra por tanto en el comportamiento y sentimiento humanos. Éstos provocan que las ganancias que obtienen los inversionistas tengan utilidad decreciente. Es decir, según las conclusiones de Hens, las pérdidas provocan mayor frustración que la satisfacción que consiguen las ganancias en la misma cantidad. Además, los primeros beneficios logran una mayor satisfacción que los adicionales.
El estudio de DeAWM muestra la aversión al riesgo de 34 países, medida como la ganancia mínima necesaria para compensar una pérdida. Es decir, las veces que multiplica ese beneficio a la pérdida. En Chile se registra la novena mayor aversión al riesgo con 2,98. (ver cuadro tras el texto). Mientras que también en Latinoamérica en México es de 1,97. En Estados Unidos es de 2,12.
En cuanto a la paciencia, los inversionistas chilenos están entre los menos pacientes. Sólo más que los rusos. En este caso el estudio muestra porcentajes de respuestas que están dispuestos a esperar un mes más para recoger mayores beneficios. En concreto, se preguntó si se prefiere ganar 3.000 dólares ahora, o 3.300 en un mes. En Chile el porcentaje de los que esperarían es del 37% (sólo menos que en Rusia entre los 34 países), en México de 58% y en Estados Unidos de 66% (ver último cuadro).
El comportamiento humano está muy influenciado por las expectativas. En este caso, Hens expone que si una inversión empieza una tendencia ya sea alcista o bajista el inversionista espera que lo ocurrido se repita, hasta que pasado un tiempo caiga en lo que se conoce como falacia del jugador. Llegado a ese punto esperaría un mecanismo compensatorio que acabe con esa evolución. Esto, unido a la paciencia y a la aversión al riesgo, explican en gran parte los flujos de entrada y salida de los fondos mutuos.