Los inversores de renta fija podrían tener un duro despertar

Los ETF de bonos gravables que están listados en Estados Unidos concentraron 48.000 millones de dólares hasta la fecha, según Morningstar. Datos que están en consonancia con los últimos años, en los que estos productos han experimentado un imporante crecimiento, cuando la crisis financiera estaba en sus comienzos y los inversores centraba su atención en las alternativas más seguras.

"El mercado alcista de la renta fija tiene alrededor de 30 años, y los inversores actuales podrían encontrarse con un duro despertar cuando finalmente esta tendencia termine", escribe Spencer Jakab, en Wall Street Journal. Desde el año 2007, los fondos mutuos que invierten en bonos han visto sus activos incrementarse en 1.700 millones de dólares, es decir, un 101%. En cambio, los fondos de renta variable han perdido 715.000 millones de dólares, un 11% de sus activos bajo gestión, señala Jakab. Asimismo, calcula que un bono estadounidese a 10 años podría depreciarse un 29% si los tipos de interés vuelve a situarse en el 6%, mientras que los bonos a 30 años registrarían pérdidas de hasta el 57%.

 

Más riesgo que beneficios

La advertencia que realiza Jakab es similar a la opinión de Brandon Capital Management. Para la firma, los bonos han sido una fuente de rentabilidad atractiva desde los años 80, y se han visto potenciados por la crisis económica de 2008. Esto ha llevado a que se registren ingresos quince veces mayores en los fondos de renta fija entre 2009 a 2011, que en los últimos nueve años.

Y la tendencia no ha disminuído. En el estudio que publicó la firma a finales de agosto se señalaba que, los fondos de renta fija registraron entradas netas de 350.000 millones de dólares, representando el 88% de las inversiones totales durante el primer semestre del año. Superando ampliamente las entradas de capital en los fondos de renta variable, de hasta 44.000 millones.

Para Brandon Capital Management, la mayoría de los inversores que operan en los mercados de renta fija en la actualidad, siguen tratando a los bonos del Tesoro de los Estados Unidos como un 'refugio seguro'. "En su mayoría han ignorado, hasta ahora, las señales de advertencia tales como niveles significativos de deuda en relación al PIB, las cuestiones presupuestarias y las enormes obligaciones futuras", señala el estudio.

Además, la mayoría de los inversores nunca han experimentado un ambiente de incremento de interés -el último fue un mercado bajista de 40 años para los bonos entre 1941 a 1981 -.