Martin Moeller (UBP): “Es un juego peligroso apostar por el value solo porque estamos en una fase final del ciclo”

Martin Moeller. Foto cedida (UBP).

La rotación al value es una de las grandes apuestas del momento, aupado por el cambio de vientos de la política monetaria y las inminentes subidas de tipos. Pero en opinión de Martin Moeller, apostar por el value porque suben los tipos es una tesis de inversión bastante vulnerable. “Es un juego peligroso virar hacia el value solo porque estamos en una fase final del ciclo”, advierte el gestor de UBP. Porque como bien recuerda, después de la fase final del ciclo llega una recesión. Y ahí sí que no es un entorno propicio para el value.

No es que el gestor asigne una alta probabilidad a una recesión próximamente. Es un riesgo que no se puede descartar por completo, y ciertamente se ha elevado en estas últimas semanas, pero no es su escenario central. “No veo señales de exuberancia. De hecho, si analizamos los fundamentales, las revisiones al alza de beneficios empresariales apoyan a los mercados de renta variable. Y desde el punto de vista del PIB también se muestra una economía sólida”, argumenta. Precisamente porque nos encontramos en este contexto de sentimiento mixto, Moeller evitaría el value más profundo del mercado. “No entraría en la fase final del ciclo con una cartera de compañías con alto apalancamiento”, advierte. 

Update del UBAM – 30 Global Leaders Equity

Moeller gestiona el UBAM – 30 Global Leaders Equity, fondo de renta variable global con Rating FundsPeople 2022. En sus 12 años de historia la estrategia se ha caracterizado por un sesgo a valores defensivos (beta inferior a 1), large cap, de mercados desarrollados y a calidad (medido por la generación de flujo de caja y balances fuertes). En opinión del gestor, estos factores son los que ayudan al fondo a resistir mejor en periodos de corrección aunque precisamente es el sesgo que explica el mal comportamiento del fondo en lo que va de 2022.

Pero esta corrección puntual no preocupa al gestor. Porque su visión es a largo plazo. La cartera del UBAM – 30 Global Leaders Equity refleja la apuesta de Moeller por 30 compañías líderes del mercado. Aquellas empresas que serán capaces de evitar el desvanecimiento de su potencial. Lo que se conoce popularmente como el momento Kodak. “Es algo que sucede al 90% de las empresas. Crecen de manera potente durante unos años, llega su fase de madurez, atraen a la competencia, estas sacan un producto mejor, y el negocio queda obsoleto”, cuenta. Moeller busca el 10% restante. ¿Por qué optar por una cartera tan concentrada? “Porque nuestro análisis nos muestra que a partir de la 30º compañía añadir más posiciones no aporta diversificación a la cartera”, explica el gestor.

¿Y qué distingue a los Blockbuster de los Netflix? ¿Los L’Oreal de los Nokia? Lo cierto es que es más arte que ciencia. En la decisión final de la cartera el verdadero valor añadido lo aporta el análisis fundamental que realiza el equipo gestor. En ese análisis entra en juego cuestiones como la solidez de la marca, el consejo de administración, el modelo de negocio. “Nos hacemos muchas preguntas y estamos constantemente revisando la industria. ¿Tienen buenos proveedores o están a merced de la cadena de suministra? ¿Tienen una buen red de distribución, como Louis Vuitton que tiene sus tiendas icónicas?”, cuenta Moeller. La historia de los mercados está repleta de una larga lista de grandes nombres que no lograron defender su posición. “Nosotros buscamos compañías que sean capaces de mantener esa creación de valor más tiempo del que el mercado espera”, subraya.

Por eso, la rotación del fondo también es baja. Moeller calcula que salen de la cartera unos tres o cuatro nombres al año. “Buscamos ser independientes al market timing”, afirma. También pesa en el proceso el análisis de sostenibilidad (el UBAM – 30 Global Leaders Equity está clasificado como Artículo 8), en su opinión, una condición necesaria para que una empresa perdure en el tiempo.

Y por último, un elemento clave es la diversificación dentro de la propia cartera. El gestor evita explícitamente tener un peso demasiado grande en unos pocos sectores. De hecho, se siente más cómodo teniendo posiciones en 11 de los grandes sectores del MSCI.