El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas afirma que cualquier figura impositiva nueva combinará recaudación con equidad y eficacia.
Cristobal Montoro acudió este miércoles en Madrid a unas jornadas organizadas por Ahorro Corporación sobre Comunidades Autónomas: Perspectivas económicas y financieras. Y estaba muy contento, como él mismo dijo, estaba “encantado”. Y no por acudir a un foro en el que se encontraba a gusto –aunque es de suponer que también-, sino porque llegaba con el dato que le permite “plantear la reforma fiscal en un escenario más fácil”: la recaudación de impuestos hasta febrero ha crecido un 7% (luego lo matizó al 6%) en términos homogéneos. El ministro irradiaba optimismo y, aunque apenas dijo nada nuevo sobre la reforma fiscal, sí respondió a una pregunta sobre el futuro impuesto sobre transacciones financieras (ITF) diciendo que “la reforma trata de combinar recaudación con equidad y eficacia. Cualquier nueva figura impositiva debe cumplir con eso”.
Montoro confirmó que España sigue en el procedimiento de cooperación reforzada, en cuyo seno los países adheridos trabajan para sacar adelante el ITF, pero aclaró que “cuando nazca esa figura no tiene por qué ser una reproducción de las que existen” en referencia al impuesto francés. En el país vecino, se aplica una tasa del 0,2% sobre la compraventa de acciones de sociedades con sede social en Francia y cuya capitalización bursátil supera los mil millones de euros. Según datos de Nyse Euronext publicados por la Federación Bancaria Francesa a finales de 2013, ha supuesto un descenso del orden de entre el 15% y el 20% sobre el volumen de transacciones desde agosto de 2012.
El ministro, que buscó la manera de inyectar tranquilidad ante un foro integrado por profesionales del mundo financiero y autoridades de las CC AA, apenas sí hizo una pequeña referencia a la importancia del ahorro “en momentos de fortalecimiento económico” al hilo de su respuesta sobre el ITF.
Este miércoles, un día antes de que el Comité para la Reforma Fiscal le entregue su informe definitivo, Montoro estaba para dar buenas noticias. Aumenta la recaudación y eso significa que se ensanchan las bases económicas, que hay un escenario positivo de crecimiento y que además aflora la economía sumergida, explicó. No es todo: hay desapalancamiento de las familias, hay desapalancamiento de las empresas. "España está viviendo su primera devaluación interna, que se traduce en que no hay inflación", dijo. En definitiva "el escenario de recaudación mejora ergo la reforma que hagamos va en un sentido diferente que si no tuviéramos este dato". ¿Y en qué sentido va? Pues en "bajar los impuestos para mejorar el poder adquisitivo de las capas sociales que más lo necesitan. La bajada del IRPF será para todos los contribuyentes, pero no con la misma intensidad para todos y con efectos desde el 1 de enero de 2015".