Del esquí de travesía en Chamonix al Mont Blanc, de las avalanchas al material recién estrenado, de un road trip por Colorado a una jornada en familia: hay muchas formas de vivir el esquí.
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El esquí ha sido siempre una de mis grandes aficiones. Con el paso del tiempo he descubierto que, en realidad, no es solo una: son varias. Hay tantos tipos de esquí, tan distintos entre sí, que me cuesta meterlos todos en el mismo saco. Para mí, un día de esquí de travesía en Chamonix se parece menos a una jornada de pista con mis hijas que el tenis al pádel… aunque las niñas van apretando fuerte y espero que pronto me pidan ir a Chamonix a dormir en un refugio y hacer esquí de montaña.
Existe el esquí social, el familiar, el deportivo, el de pista, el de fuera de pista, el de montaña lejos de las estaciones y, además, están los viajes: unos con la excusa del esquí y otros en búsqueda de la mejor nieve posible.
El esquí familiar ha sido el que más me ha costado entender, me ha resultado especialmente difícil comprender que eso también es esquí. Pero a quienes tenéis hijos pequeños (menores de 5-6 años), creedme: hay luz al final del túnel. Llega un momento en el que deseas que tus hijas tengan menos clases y esquíen más contigo. No ocurre en esos días de medio metro de nieve recién caída (esos días no se hacen rehenes), pero ocurre, y lo mejor es la enorme cantidad de tiempo de calidad que pasamos en familia. Quizá en la adolescencia vengan porque paga papá, pero mientras sigan queriendo venir, será una gran noticia.
Cada año disfruto más del esquí de travesía. Hay lugares increíbles en el Valle de Arán, pero para mí no hay nada como el paisaje alpino y las montañas escarpadas de Chamonix. Llevamos ya varios años yendo al final de temporada e intentando (sin éxito aún) subir al Mont Blanc con esquís. Una vez fallamos por una fuerte avalancha, otra por condiciones meteorológicas absolutamente imposibles, de esas que solo se dan en Europa en sitios como la Aiguille du Midi. La montaña no se va a mover, ya tendremos tiempo.
Si tuviera que quedarme con un solo viaje de esquí, sin duda sería un road trip de dos semanas por Colorado, de estación en estación, que hicimos durante la universidad. En aquella época nos pagábamos los caprichos trabajando de monitores y organizando viajes en autobús a los Alpes. También ha habido alguna lesión y hasta un rescate en helicóptero, pero ¿quién no ha tenido algún accidente y prisa por volver a la nieve?
Disfrutad de vuestros amigos, de vuestra familia y de la montaña. Y hacedlo con los esquís puestos. Yo soy de los que tienen claro que el mejor momento del día es cuando te pones las botas… aunque también pasan muchas cosas buenas cuando te las quitas.
Siempre hay un motivo para disfrutar
¿Que nieva? Mejores condiciones. ¿Que no se ve nada? Menos gente. ¿Que hace frío? Más razones para disfrutar del material que tanto me gusta comprar. ¿Que ha helado mucho? Es hora de sacar los esquís afilados como cuchillos y gozar en pista. Eso sí, que no llueva mucho… todo tiene un límite.