Banca Tradicional vs Neo Banks, Challenger Banks y GAFA; de la reconstrucción a la reinvención

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Cedida por CFA

TRIBUNA de Marta Calvário de Almeida, CFA, miembro de CFA Society Spain. Tribuna perteneciente a la serie Visión de Fondo del Profesional CFA.

El avance tecnológico y la escasa confianza en los bancos como instituciones financieras sólidas han abierto la ventana de oportunidad   a nuevos jugadores. Las ya conocidas fintech surgieron bajo plataformas sencillas (user-friendly) ofreciendo servicios de nicho en condiciones más competitivas (precio y agilidad) que la banca tradicional. Surgen dos grandes grupos de operadores: los Neo Banks (que, al no tener licencia, desarrollan una aplicación mobile-first en alianza con una entidad bancaria), como es el caso de BNext, y los Challenger Banks, nuevos bancos 100% digitales, que operan con licencia bancaria, totalmente centrados en la experiencia del usuario y en la customización de servicios (son ejemplos N26 y Atom).

Se espera que, en 2021, tres mil millones de personas en todo el mundo tengan acceso a servicios bancarios a través de un ordenador o dispositivo móvil y que la necesidad de ir al banco sea prácticamente inexistente. De este modo, las oportunidades de captación para estos nuevos bancos son enormes. Por poner un ejemplo, Chime (un operador norteamericano, de San Francisco, fundado en 2014) está abriendo alrededor de 100 mil cuentas corrientes al mes.

¿Pero, será tan fácil para los nuevos bancos ocupar el lugar de instituciones financieras que acumulan décadas, algunas hasta siglos, de historia y experiencia? 

Los números dicen que la banca tradicional aún controla la gran mayoría de la clientela bancaria. Incluso los más jóvenes siguen teniendo una relación activa con una entidad bancaria (menos del 5% de los millenials utilizan la banca digital como único operador para servicios financieros). En cuanto a pedir un crédito, la conclusión de una encuesta realizada en EE.UU. es bastante sencilla: los pequeños negocios siguen valorando la relación personal con el banco a la hora de solicitar financiación.

Dicho esto, el reto número uno de los nuevos bancos digitales es indudablemente combatir la inercia del consumidor: ser capaz de convencer a aquellos que siguen teniendo en los bancos tradicionales su primera elección. Hay que tener en cuenta que los grandes nombres de la banca no se han cruzado los brazos, han progresado hacia estructuras más eficientes y más digitalizadas, han lanzado nuevas plataformas de servicios bancarios, por ejemplo, el nuevo ImaginBank de CaixaBank o, a nivel más global, Marcus, de Goldman Sachs o Finn, de JP Morgan Chase.

Adicionalmente, la banca digital está lejos de ser un tema meramente generacional. El enfoque no está tanto en una relación directa entre la tecnología y la juventud (como muchas veces parecemos creer), está bien más en un tema de perfil del cliente final. Lo que estas fintech deben de tener presente (así como los bancos en general) es la confianza que el consumidor tiene en sí mismo a la hora de gestionar sus ahorros y sus inversiones a través del móvil, prescindiendo de la oficina bancaria y del atendimiento físico/personal. En este sentido, conocer el grado de formación/educación de los clientes es fundamental para maximizar su experiencia bancaria virtualizada.

Esa experiencia del usuario es la clave del éxito. Y si los nuevos juegan con ventaja a nivel de tecnología, agilidad y sencillez operativa, los bancos tradicionales se están reinventando, procurando recuperar la  confianza perdida. Si los nuevos apuestan por una cartera de productos sencillas, los grandes nombres tienen la capacidad de seguir ofreciendo servicios de mayor complejidad. ¿Hay realmente competencia entre estos grupos de operadores? ¿O se podrían complementar?

Según KPMG, sólo el 20% de las tecnológicas financieras compiten con los bancos, es decir, quizás las fintech no estén siendo tan disruptivas. Así que, más que de competencia, tiene sentido hablar de complementariedad, de jugar con las fuerzas de cada uno. Si ambas partes adoptan una actitud más colaborativa, de asociarse entre ellas para ganar escalabilidad, los consumidores saldrán ganando y el sector se hará más fuerte frente a la verdadera amenaza de los próximos años: los GAFA Las grandes empresas de consumo (Google, Amazon, Facebook y Apple), poseen un conocimiento inmensurable de sus clientes y rápidamente tratarán de (intentar) quitarles a los bancos (nuevos o antiguos), su protagonismo con un planteamiento, ese sí, totalmente disruptivo.

Tras diez años de reconstrucción del sector bancario mundial, se espera una década revolución o bien más de total reinvención. ¿Tendría razón Bill Gates cuando afirmó que, Banking is essential…Banks are not?