Brasil: primeros signos de estabilización de la actividad, pero ¡hay que seguir vigilantes!

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Cedida

TRIBUNA de Thuy Van Pham, economista de mercados emergentes, Groupama Asset Management. Comentario patrocinado por Groupama AM.

En Brasil, los indicadores publicados recientemente sugieren una estabilización de la actividad. Se refiere tanto a la oferta (la producción industrial no se contrae desde enero) y la demanda (recuperación de las exportaciones en dólares desde enero). La tendencia va a continuar en marzo con la nueva subida del índice PMI manufacturero. Este último marca su segundo incremento consecutivo y se acerca a la línea de los 50 (en 49,6).

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Estas señales positivas no deben, sin embargo, dejar espacio para la complacencia. La actividad sigue siendo débil. La producción industrial sigue siendo, en febrero, un 17% inferior al nivel observado en junio de 2013. El alcance de la recuperación es limitada hasta por lo menos el verano debido a los muchos obstáculos:

  • La falta de apoyo del consumo privado: las ventas minoristas marcaron, en enero de 2017, su 24ª caída consecutiva. A pesar de la recuperación desde su punto más bajo en septiembre de 2015, el índice de confianza del consumidor se mantiene por debajo de los niveles observados en el pasado en línea con el deterioro del mercado de trabajo y la continuada caída de los salarios;
  • Mayores costes de financiación: las fuertes caídas del tipo de interés SELIC (-200 puntos básicos desde octubre de 2016) han sido neutralizados por una desaceleración más marcada de la inflación, por lo que el tipo de interés real permanece relativamente sin cambios y alto (en 7,4% en marzo). Como resultado, se observaron pocos cambios en la distribución de los créditos bancarios, esenciales para una recuperación de la inversión. Los créditos a empresas de hecho han seguido disminuyendo en marzo, aunque el ritmo se ha moderado;
  • Estrecho margen de maniobra fiscal: el déficit primario se amplió aún más. Está en el 2,6% del PIB en 2016 frente al 1% de 2015.

Al final, la contracción de la actividad más fuerte de lo que habíamos previsto en el Q4 2016 empujó a la baja la proyección de crecimiento del Q1 2017. Las estadísticas recientes son, sin embargo, en línea con nuestro escenario y nuestra historia se mantiene sin cambios:

  • A falta del apoyo de las familias y de las administraciones públicas, la recuperación real de Brasil no se manifestará hasta que las empresas empiezan a tomar prestado y por lo tanto a invertir (a partir del Q3 2017 según nuestro escenario);
  • En estas condiciones, la conducción de la política monetaria del banco central será crucial. Dadas los altos tipos de interés reales, nos parece probable que el banco central proceda a nuevas bajadas, a gran escala, del SELIC para reducir el coste del acceso al crédito. La desaceleración más rápida de lo esperado de la inflación (gracias a la apreciación del real brasileño) dará margen de maniobra a las autoridades.

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