Chris Hogbin presenta el panorama macroeconómico y explica qué tipo de estrategia de inversión podría ser más adecuada para sortear los actuales escollos del mercado. Comentario patrocinado por AllianceBernstein.
TRIBUNA de Chris Hogbin, global head, Investments, AB. Comentario patrocinado por AllianceBernstein.
Es difícil trazar el curso de la renta variable en épocas de incertidumbre. Los mercados globales de renta variable registraron fuertes ganancias en 2023, pero los inversores comienzan el nuevo año con bastantes dudas. En un contexto en el que persiste la incertidumbre macroeconómica tras un año de enorme concentración del mercado, las asignaciones a renta variable deben estar preparadas para distintos escenarios.
Los mercados de renta variable han tenido un comportamiento básicamente opuesto en los dos últimos años. Tras caer un 18,4% en 2022, el MSCI ACWI Index, índice de valores de renta variable globales, repuntó un 22,2% (en dólares) en 2023. No obstante, la trayectoria del mercado no fue nada suave. En el primer trimestre, las ganancias se vieron empañadas por la volatilidad que provocaron las quiebras de algunos bancos estadounidenses. Más tarde, tras marcar máximos a principios de agosto, el MSCI ACWI Index registró caídas en octubre para después recuperarse hacia finales de año (gráfico 1). Creemos que las fluctuaciones del mercado en el segundo semestre de 2023 reflejan la falta de convicción de los inversores en lo que respecta a la senda de crecimiento macroeconómico.
Los mercados de renta variable repuntaron con los 'Siete Magníficos' a la cabeza
Las ganancias del mercado estadounidense estuvieron lideradas por los llamados 'Siete Magníficos': un grupo de grandes empresas que se perfilan como las grandes ganadoras de la revolución de la inteligencia artificial (IA). Estos valores representaron el 58% de la rentabilidad del S&P 500 en 2023. La acusada concentración de las rentabilidades reflejaba un comportamiento desigual.
Aunque el año pasado los riesgos macroeconómicos hicieron mella en el mercado, la IA generativa supuso un estímulo para los inversores ante la idea de un cambio de paradigma tecnológico capaz de aumentar la productividad y la rentabilidad. La respuesta fue un fuerte repunte de los Siete Magníficos: Alphabet Inc. (Google), Amazon.com, Apple, Meta Platforms, Microsoft, NVIDIA y Tesla. A finales de año, estos valores representaban el 28% de la capitalización de mercado del S&P 500.
Qué duda cabe que la megacapitalización estadounidense incluye algunas empresas magníficas. Creemos que las carteras de renta variable deberían incluir o excluir valores individuales, en las ponderaciones adecuadas, con arreglo a sus filosofías de inversión. Sin embargo, sus patrones de negociación están ahora estrechamente correlacionados, de manera que una caída de la confianza en el conjunto de esos siete valores podría salirles caro a aquellos inversores que hagan acopio de todos ellos.
La revolución de la IA que ha sobrealimentado sus rentabilidades también conducirá a una mayor competencia entre las empresas de megacapitalización, lo que podría afectar a la rentabilidad. Además, creemos que es demasiado pronto para saber quiénes serán los grandes ganadores de dicha revolución, ya que se trata de una tecnología que apenas ha empezado a encontrar aplicaciones comerciales. En puntos de inflexión anteriores del sector tecnológico, las empresas que realizaban fuertes inversiones en infraestructura no eran necesariamente las que más las rentabilizaban o las más beneficiadas.
Durante 2023, el MSCI World de igual ponderación se situó a la zaga de su índice correspondiente ponderado por capitalización. La historia indica que después de unas rentabilidades extremadamente reducidas, cuando se produce una ampliación del mercado, esta puede permanecer durante varios años. Nadie es capaz de predecir cuándo ocurrirá esto. No obstante, después de que más del 70% de los componentes del S&P 500 se situaran a la zaga del mercado en 2023, y muchas acciones rindieran por debajo de su propio crecimiento de los beneficios, creemos improbable que persista el predominio de los Siete Magníficos.
Tras unos mercados extremadamente estrechos, la ampliación puede persistir durante varios años
Estrategias de baja volatilidad, una gran opción para este 2024
En el arranque de 2024, los inversores se encuentran ante una larga lista de riesgos. Las previsiones de beneficios empeoran, pero las valoraciones de la renta variable son algo elevadas en ciertas partes del mercado, especialmente en Estados Unidos. Es difícil tener convicción en algún resultado macroeconómico posible. La concentración del mercado no es algo que pueda pasarse por alto. Además, las posibles consecuencias del riesgo geopolítico resultan difíciles de predecir.
En un entorno tan fluctuante, creemos que los inversores deberían centrarse en los resultados de inversión a largo plazo mediante asignaciones equilibradas a distintas estrategias de renta variable. De esta forma, podría aprovecharse una diversidad de oportunidades que no necesariamente quedan recogidas en una única cartera. Las carteras que incluyen temas de crecimiento secular a través de empresas con modelos de negocio de alta calidad pueden salir bien paradas en un entorno económico más difícil.
También puede ser ventajoso invertir en empresas growth con buenas previsiones de beneficios a tres y cinco años, ya que creemos que el mercado podría pasar por alto el potencial a largo plazo debido a la falta de visibilidad a corto plazo. La renta variable value merece atención. Muchos inversores han estado infraponderados en valores value, un segmento poco popular durante varios años. Sin embargo, siempre se ha comportado bien tanto en entornos de aterrizaje suave como brusco, lo que hace que cobren actualmente relevancia en una asignación equilibrada.
Las estrategias basadas en valores de calidadcon patrones de negociación más estables pueden servir de protección en caso de caídas. Las estrategias de baja volatilidad añaden atributos defensivos a una asignación que pueden ayudar a los inversores a mantener en rumbo en mercados más difíciles.