El origen de la banca privada en España: las cinco entidades precursoras

Sonia álvarez
Firma: Cedida (Evercom)

COLABORACIÓN escrita por Sonia Álvarez, directora de la división de comunicación financiera en Evercom.

Casi 660.000 millones de euros. Este es el volumen del negocio de altos patrimonios en España según los datos de la IX edición del Ranking de Banca Privada que elabora FundsPeople. Aunque son cinco entidades bancarias que concentran el 65% de los activos totales (Santander, Caixabank, BBVA, Bankinter y Banco Sabadell) lo cierto es que el panorama de la industria de la banca privada en España comenzó siendo mucho más diverso con marcas como Banif, Privanza, o Urquijo, muchas de ellas desaparecidas o absorbidas.

Como nunca está de más mirar al pasado para aprender y entender el presente y, sobre todo, construir y mejorar el futuro, desde Evercom hemos elaborado un breve repaso de la historia de la banca privada en España.

Partiendo desde un punto global, la banca privada, entendida como gestión de altos patrimonios, tiene su origen en los merchant banks del norte de Europa hasta la edad media, cuando los bancos lombardos iniciaron la tradición de asegurar y financiar las operaciones de los grandes propietarios agrónomos del norte de Italia. Este tipo de banca encuentra su madurez en el siglo XIX en Inglaterra, donde alrededor de Lombard Street se empieza a desarrollar el ecosistema financiero de banca comercial y mercados que hoy en día ha crecido para ser la columna vertebral del sistema económico mundial (Puig y García Ruiz, 2020).

Como era de esperar, el origen de la banca privada en España está muy imbricado con el de la banca comercial. La historia de la banca en España, en general, inicia en el siglo XVIII con el establecimiento del Banco de San Carlos, que fue a su vez el primer emisor de cédulas (canjeables, sin interés y al instante, en metálico). Unos 100 años más tarde, en 1872, se otorga al Banco de España (creado en 1856 al denominarse el Banco Español de San Fernando) el monopolio de emisión de billetes. En ese mismo Decreto-Ley se permite a los bancos provinciales ya existentes la opción de continuar su actividad como bancos comerciales, eso es, sin la capacidad de emitir: cinco de ellos toman esta opción y crean el primer conjunto de banca privada (eso es, comercial y no estatal) de España (Banco de España, 2020).

En este contexto se da la aparición no solo de la banca comercial privada (vs. la pública) española, sino que se produce el desembarco de merchant banks del resto de Europa en España. Como destacan tanto la investigación de Historia Bancaria de América Latina y España y Puig y García Ruiz, la banca internacional cuenta con una “importantísima función” en la industrialización española del siglo XIX, financiando a los grandes patrimonios y siendo su fuente de apoyo en su desarrollo. Entre los nombres destacados de ese entonces, por ejemplo, se cuentan Bauer, Rothschild y Lazard. A pesar de este importante rol, las restrictivas políticas españolas de inicios del siglo XX, reforzadas en 1946 con las limitaciones al número de operadores en el mercado nacional, lograron que la presencia de bancas extranjeras en el país se difuminase hasta ser “prácticamente invisibles” (Puig y García Ruiz, 2020).

A pesar de las mencionadas limitaciones, paulatinamente relajadas desde la Ley de Ordenación Bancaria de 1962, la banca privada vivió sus primeros desarrollos desde el mismo siglo XIX, cuando Rothschild se alió a Urquijo en 1850, haciendo de este su agente en el país. Aunque muchos de los actores internacionales que llegaron en el siglo XIX a España se retiraron del mercado o mantuvieron actividades menores en el país, ya el germen de la actual banca privada estaba sembrado en el país: muestra de ello es el crecimiento en actores y activos con la que cuenta la banca privada en España desde la transición y, particularmente, desde 1988 con la aparición de la Ley del Mercado de Valores que permitió el nacimiento de la banca privada independiente.  En este marco, se constituyeron las cinco entidades que podemos denominar las precursoras de la banca privada española: Banco Urquijo (1870), Banca March (1926), Banif (1962), Safei (1963) y Privanza (1978).